miércoles, 15 de octubre de 2014

Gemelos sociables, gemelos compositores

Mis gemelos son muy sociables. Si alguna vez hubo sombra de duda sobre si la gemelaridad iba a derivar en aislamiento del mundo, en mi casa no se ha dado. Es cierto que los padres tenemos amigos a troche y a moche y que solíamos ser parte del alma de la fiesta (ahora más vale que la fiesta nos venga a nosotros porque salir, salir, lo que se dice salir... Pero eso es otro tema, centrémonos en la trepidante vida social de mis hijos). 

La cuestión es que no contentos con cumpleaños y tardes de parque, mis hijos no hay día que salgan del colegio sin pedirme, o bien que su amigo X (cada día es uno diferente) venga a casa o bien, esta es la novedad de estas semanas, ir ellos a casa de Y. Yo creo que las madres me ven llegar con cara interrogante y huyen de mí, se ha corrido la voz que mis hijos se autoinvitan de casa en casa. Ahora los envío a preguntar a ellos, si quieren algo, que se mojen. Es para ver a las madres agacharse hacia mis gemelos (normalmente Pol que le echa mas morro, Izan me lo encarga a mí o se queda con las ganas) y descubrir su asombro cuando les espeta si pueden ir a su casa. 

Eso sí, les encanta también invitar, hacer de anfitriones, enseñar si cuarto (desordenado), compartir sus juguetes y su conejo. No veáis qué caras de desilusión cuando les dicen que no. Pero vamos a la anécdota concreta de cómo mis hijos sé auto invitaron y acabaron componiendo su primer concierto acústico para guitarra ;)

viernes, 3 de octubre de 2014

Un conejo como mascota

Habemus conejo: "Manchitas" es la nueva mascota de la familia. Izan y Pol ahora hablan "conejo" (algo parecido a "qüi-qüi, me llamo Izan"). 

Hace horas que lo trajo la iaia con jaula y toda la parafernalia, y mientras el padre vive tan campante la nueva adquisición, yo ando preguntándome si de encontrar un manual básico del conejo: si hay que vacunarlo o algo, qué debe comer y qué no, si hay que sacarlo a "pasear" ni que sea por la casa, si no será una crueldad que viva en una jaula tan "pequeña" (verás cuando crezca) pero también tan cara (a saber lo que vale un "palacio del conejo"). 

Siempre me he resistido a tener mascotas. Francamente, me da pereza. Y me da la impresión que la ciudad y un piso no es lugar para un animal. Soy más de "que tenga animales quién tenga jardín para que correteen felices". Pero claro, eso no se puede de ir mucho y cuando tienes hijos es como de mala madre no darles tamaña alegría. 

jueves, 29 de mayo de 2014

20 cosas que echarás de menos de Ibiza

Una nace ibicenca y muere ibicenca por mucho que lleve casi tantos años en la ciudad como en la isla blanca. Por eso sigo leyendo noticias locales de Ibiza, me indigno con políticos a los que ya no puedo votar y recurrentemente tengo morriña de calas y cielos azules. Claro, echo de menos a familia y amigos y momentos no vividos con ellos, pero no es del tema del que quiero escribir el post. 

Foto de Flirck con CC
Después de leer 20 cosas que los ibicencos saben  y Otras 20 cosas que los ibicencos saben, con los que coincido casi al 100% y que me han hecho reír un rato, he pensado que hay muchas listas que una isleña exiliada en la city puede hacer de su isla.  

20 cosas que echo de menos de la isla: 


1. El ritmo. No el de baile o discoteca, si no el de la vida, el de las conversaciones y los encuentros. Todo es más lento, para desesperación de algunos urbanitas de visita. Pero como todo lo es no pasa nada, el mundo no se acaba, y si hoy no acabas no sé qué lo harás mañana. A menos que haya una urgencia DE VERDAD, yo no he visto a nadie correr por defecto por la calle y trabajar horas extras por picos de trabajo permanentes. Así que la gente tiene tiempo.
2. Las despedidas "ibicencas". Antes de irte definitivamente de la fiesta o el encuentro con amigos dirás por lo menos 10 veces "pues nosotros nos vamos", darás 10 tandas de besos y abrazos y iniciarás una decena de pequeñas conversaciones de despedida que se pueden alargar hasta una hora más.
3. Tomar un café a la salida del trabajo con amigos en un chiringuito (si no es de los concurridos por guiris y caro por definición, mejor).
4. Ver una puesta de sol en el mar sobre una roca rodeado de pinos.
5. Bañarme como me trajeron al mundo en una cala sin público en una noche de luna llena. Y quién sabe, disfrutar de un picnic en la arena con amigos... O a dúo.
6. Que en cualquier momento puedes desviarte a un bosque o una Pineda y encontrar intimidad. Para lo que sea.
Imagen de holidaycheck
7. Los mercadillos hippies con hippies, aún, de verdad. Y rebuscar, mirar, encontrar un tesoro: me encanta!
8. Coincidir por la calle o en el bar o restaurante con un Drag Queen maqueado, una pareja de gays acaramelados, un grupo de guiris quemados, otro de pihippies, un par de payeses ibicencos, una gogo en paños menores, una familia tradicional... Todos revueltos. Tranquilos y felices, cada uno a su rollo en plan "vive y deja vivir", sin miradas raras ni comentarios, vamos, que no pasa nada. Todo normal.
9. Entrar a la discoteca como te guste más ir vestido. Nada de andar pensando "si voy a tal disco no puedo llevar chanclas, en tal otra nada de bambas, en la de allá tengo que ir pija"... Cada cual que vaya a divertirse como quiera.
10. Las flower power de Pachá. 
11. La fiesta del agua, la de día para ibicencos y con paella, de Es Paradis.
12. Una excursión a la torre de Es Vedrà. 
13. Saltar de las rocas de S'Estanyol y esconderme a leer en una cueva mientras aprieta el sol.
14. Sentarme a tomar un helado en Los Valencianos de Ibiza y ver pasar a la gente. Y si es de noche, ver las ruas de las discotecas.
15. Comer un bocadillo de jamón Serrano y queso fundido en Can Costa en Santa Gertrudis.
16. Ver las estrellas. Muchas. En cualquier parte.
17. El azul del cielo. Esa luz blanca espectacular que tiene la isla y que hace que salgas guapo en todas las fotos.
18. Ir por caminos de tierra y piedras y carreteras pequeñas viendo almendros en flor en febrero por el Pla de Corona y hacer cientos de fotos (mentales o reales) de las casas payesas encaladas, la tierra roja, los almendros blanqueados de pétalos y los bosques de pino al fondo.
19. El olor de los pinos y la mar salada por todas partes.
20. La ropa. La que encuentras, la que llevas, la libertad con que la llevas. 

Y sé me ocurren unas cuantas más, además de otras listas de cosas que no me gustan, lugares a los que ir o que evitar o contrastes de la isla con la ciudad. Pero eso, será otro día.

domingo, 25 de mayo de 2014

Cosas divertidas, gratuitas y guarras!

Hay pequeños placeres que nadie debería perderse para ser feliz en esta vida. Y mucho menos un niño (o dos). Placeres mundanos, sencillos, casi gratuitos, pero que reportan un gran bienestar y la sensación de haber disfrutado de la vida (aunque sea inconscientemente). Y, cómo va ninguna madre que se precie negar esos momentos mágicos aunque ensucien o sean poco correctos (para según quién). Esta semana los mellizos han estado sembrados. Y yo he disfrutado de lo lindo dejándolos hacer, mirándolos, e incluso guiándolos y colaborando (no, no todo se les ocurre a ellos solos). 

Después de "saltar en los charcos (con las botas puestas)", de la construcción de una casa de cartón (que aún dura mal que le pese al buenpadre el trasto medio descuajeringago en pleno centro del pasillo), y de la creación de serpientes de calcetines viejos, llegan las dos nuevas actividades primaverales:

1. Pintar la acera con tizas hasta que el cemento gris parezca un jardín de flores con camino de baldosas multicolor y algún sol rondando. Llegan a casa para meterlos directo en el programa con prelavado de la lavadora porque en su ímpetu creador se tiran al suelo y hasta sé revuelcan en los dibujos de tiza. Pero, y lo que se entretienen?! Y lo tranquilamente que podemos hablar las malasmadres mientras tanto?

Además, para los criticones del espacio público diré: que la tiza se va con una barrida o un manguerazo, hasta con las pisadas de la gente. Y que es más bonito así. Y en cualquier caso es mejor que algunos mamarrachos en las paredes que no llegan a graffitis (con todo el respeto a este ARTE en mayúsculas). 

2. Pintar y escribir el nombre que recién hemos aprendido a hacer en un cristal empañado tras una buena ducha. Sí, vale, luego el cristal queda lleno de marcas y hay que limpiarlos. Bendito "flish-flish". 

Y en breve llegará rebozarse de arena en la playa, construir castillos con foso y puente incluido, recoger caracolas, jugar a tirar globos o cubos o manguerazos de agua o pintar con helado la barriga de alguien para hacer la gracia. Porqué será que las cosas divertidas en general ensucian y despeinan?
En fin... Ojalá la vida os despeine y os ensucie mucho. 

También os puede interesar recordar: 





jueves, 22 de mayo de 2014

La vida cuando ya no está

La vida es tremenda. Corta. Casi siempre demasiado corta. Para quién la vive y para quién la disfruta con ese quién. De pronto te enteras que alguien conocido está muriendo. Un cáncer devastador. Y no importa que haga años que no sabes nada de esa persona, que no hubiera relación ni pensaras en ella. No importa, porque de pronto te das cuenta que no podrás volver a pensar en esa persona como alguien vivo y con proyectos. Porque ahora todo quedara difuminado por la pátina que se le pone al recuerdo cuando alguien muere. 

Nos afecta, por lo menos en este lugar del mundo, la muerte. Nos da dos hostias de realidad bien dada. De pronto nada es tan urgente ni tan importante. El tiempo, las obligaciones se vuelven relativas. Te acuerdas de los últimos decesos que te conmocionaron. Porque no lo esperabas, nunca lo esperas. Aunque tuviera casi cien años y hubiera tenido una vida plena. Y si encima es joven y tiene algo cercano a tu edad... El mundo parece otro. Es como si el ritmo de los demás, del mundo, no correspondiera con la realidad. La real. No la fabricada. Es tremenda la vida, cuando ya no está. 

PD: Un abrazo, Mireia. Estés donde estés. 
PD2: Mucha fuerza en la lucha Julia y familia. 
PD3: Os recuerdo aunque la estancia fuera breve Carlos, Vicente, Quim. Ni que decir tiene que echo de menos a mis abuelos, Catalina, Edmond. Y otros tantos que en algún momento dejaron esa sensación de vacío.


La vida..
Imagen de Flirck con CC

viernes, 4 de abril de 2014

Actividades extraescolares para padres


Seamos francas: ya son ganas que las madres (y algún padre afortunado que intenta "conciliar" o que está en paro) vayamos como locas de arriba abajo, comiendo bocadillos de tortilla en el metro  porque hemos salido justas del trabajo (y encima con remordimientos por los hidratos y la puñetera dieta de "quiero ser una mamá sexy"), que tengamos incluso que whatsappear a la vecina amiga "por sí acaso llegamos cinco minutos tarde a la recogida de los niños" y que, vaya por Dios, toque participar en las actividades del colegio.

Que no se me malentienda, soy una gran defensora de las asociaciones de padres y madres, de la participación, la colaboración, la fiesta colectiva, las relaciones, conocernos y crear comunidad. Y me encanta el colegio por eso. Pero es que hay días y sobre todo si es viernes que te pilla con las ganas bajas. Sobre todo porque sabes de antemano que va a ser un descontrol, que tus mellizos estarán cada uno en una punta y no son de esos niños tranquilos que esperan pacientemente junto a mamá para hacer una manualidad como Zutanito, ese que dibuja como los ángeles sin salirse de la línea con apenas 3 años. O Fulanita, aquella otra que antes de dar un paso pide permiso a su mamá que, siempre sin levantar el tono de una palabra por encima de otra, porque ni falta que le hace, le dice calmadamente y con total confianza que así será sin rabieta mediante, que "ahora no, cariño, quédate junto a mamá que en cinco minutos te toca pintar".

Vamos, que con mis mellizos es misión imposible. Y mucho menos si la actividad dura más de 10 minutos, como mucho. Que se saben entretener, pero a lo brutote. Corriendo, saltando, pintando fuera de toda línea y papel, y si es en la cara, mejor, y si es en la cara del compañero, la cosa gana muchísimo. Así que mientras las mamás pintaban estupendas por el suelo con toda la calma, a la menda, que ha llegado cinco minutos tarde a la concentración porque sus dos piezas corrían de árbol en árbol a la salida del colegio, a la menda, digo, le ha tocado armarse de paciencia y vigilar no a dos si no a diez niños de tres a cuatro años para que se entretuvieran mientras las mamis pintaban primorosamente. Lo siento, señoras de la limpieza del cole, sí, mi tropa de aguerridos pintores con rotuladores en mano (a quién se le ocurre) se han salido de sus papeles y han pintado el suelo. Y a los diez minutos estaban hasta las narices de pintar y han empezado a correr entre los carteles que tan bonitos estaban quedando. Y claro, yo hacía de Srta. Rottemeyer, pero comedida, que poner en su sitio a los niños de los demás no es lo mismo. Vamos, un estrés.

Ah, pero hemos sobrevivido, y la fiesta quedó preciosa. Porque todo este despliegue era para organizar y decorar la fiesta de primavera del colegio.


viernes, 28 de marzo de 2014

Casa limpia, invitado al canto


Mamá, ahora que la casa está limpia, podemos invitar un amiguito, !verdad? - insiste el niño. 

Y la #malamadre (que recoge cuando puede) tuvo que irse a casa con 2+1 :O 

Y es que les ha quedado grabado a fuego, no contento con soltarme la perla en casa (ver el post anterior) a la salida del colegio Pol insistía en su intención de que uno o dos o todos sus amigos vinieran a casa a jugar, "ahora que hemos limpiado". Cualquiera diría que vivimos en una leonera o peor. 

Moraleja: nunca, nunca decirle "por lo bajini" a tu hijo que hoy no puede venir un amigo a casa y mejor nos quedamos en el parque porque "la casa no está recogida". Aunque sea verdad ;)

martes, 25 de marzo de 2014

Momentazo Pol: que vengan mis amigos

Yo: chicos, ¿cómo está el salón?
Pol: recollit (recogido).
Yo: ¿y qué más?
Pol: limpio.
Yo: entonces ahora ¿qué tenemos qué hacer?
Pol: ¡pues que ya podemos invitar a alguien!
Yo: :O

Yo me refería a recoger los juguetes después de jugar... Y es que por fin he ordenado, barrido y pasado el mocho. Por fin entra luz por los cristales limpios y estamos libres de polvo. También os digo que dura poco. Pero esa es otra historia. 

Lo que sí es cierto es que mis mellizos invitan día sí y día a también a todos sus amigos del colegio (y ¡sólo estamos en P3!). Y yo les digo que vale, pero mejor otro día (que tengo la cocina empantanada y el salón hecho un desatre). Si es que no se puede decir nada. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Mamá está a dieta

#mamaestaadieta (c) Celia Ramón
Horror. Mamá se ha pesado esta mañana. Se nota en la cara de fustigamiento que tiene al mirar con rencor su café con leche de cada mañana. Y en que hoy no hay pan tostado con tomate en su plato de desayuno. Mala señal. Eso significa que falta el canto de un duro para que patatas fritas, galletas, chocolate, y hasta el queso desaparezcan de la despensa. Esa que es "por sí vienen invitados" o "para lis niños" pero que de vez en cuando acaban en su cadera (eso dice ella). Falta aún menos para que mire con cara de pena los restos de spaguetti carbonara de nuestros platos. Y para que nos caiga bronca por no acabarlos. 

Mamá ha lanzado el grito de guerra (a ver lo que dura): A la nevera pongo por testigo que no vuelven los piscolabis a esta casa hasta que la #malamadre recupere la cintura. Niños, pedid chuches a la #buenaabuela, #mamaestaadieta!

En versión mamá: 

jueves, 20 de marzo de 2014

Por qué soy del club de las #malasmadres

Queridos hijos, suponiendo que algún día leáis este blog, os preguntéis porqué diablos mamá tuvo la idea de airear vuestras cosillas en la red, y en un intento por comprender a vuestra madre hagáis investigación de la "prehistoria" de Internet. Suponiendo que entonces mis cuitas y vaivenes maternales hayan tenido algo de relevancia en Twitter*y que hayáis llegado a esos mensajes identificados con un #malamadres, ¡suponiendo todo eso! quiero aclaraos algo:
  1. Mamá os quiere, con locura, pese a todo lo que pueda pasar, recordéis o vuestras retorcidas mentes adolescentes estén maquinando en el momento de llegar a este punto. 
  2. Cierto, mamá fue una líder de clase algo marimacho, marimandona, cabezota, y nada interesada en "el sexo opuesto" hasta pasados los dieciséis años. De ideas fijas, paso años perjurando "yo NUNCA me voy a casar" y "a mí los niños, ni fu, ni fa".
  3. Incluso diré más, bastante dada a los -ismos, vuestra madre llegó a tener una época de "para qué traer al mundo mas niños con esta... superpoblación... Contaminación... Si el mundo no durará tanto a este paso".
  4. Mamá se relaja mientras estáis en la piscina (c) Celia Ramón
    A mamá, mejor dicho, a Celia, esa persona que es vuestra madre -más allá de ser madre- le encanta viajar, de mochilera, de casa de amigo a casa de amigo, aprovechando ofertones de avión (lo sé mamá se contradice a todas horas y los aviones contaminan muchísimo), o aunque tenga que dejarse los riñones en autobuses que huelen a humanidad. Y le encanta leer durante horas, buena literatura y novelas rosa de tintes eróticos. Y estudiar, por gusto. Ir al cine. Pasar las tardes de domingo tirada en el sofá. Y la mañanas de sábado tomando el sol en la playa. Y organizar fiestas y encuentros improvisados. Y las discotecas, bailar, el flirteo... En fin , chicos, mamá os quiere mucho pero durante muchos años tener hijos no "iba bien para mis planes". Y sí, era cuestión de inestabilidad económica, o de pareja, o ambas. Pero no sólo. 

sábado, 1 de marzo de 2014

El Carnaval y las #malasmadres

La intuición femenina junto con el instinto materno debo haberlo perdido por el desagüe en algún punto entre la semana pasada y este fin de semana. Si había alguna manera peor de interpretar a mis hombres, incluido mi marido, respecto a la fiesta de Carnaval, no la he encontrado, y si lo hubiera hecho, seguro que aún hubiera sido peor.

Todo empezó cuando hace dos semanas anunciaron en el colegio que se iban a celebrar varias festividades de Carnaval. Durante una semana entera los mensajeros iban a darnos instrucciones absurdas que las sufridas madres, como bien explica Peineta Pintxo y mi Monillo, corremos a cumplir como buenamente podemos en medio de jornadas laborales, crisis, formación (que hay que reciclarse para ser una buena -madre- trabajadora) y virus varios (nosotros llevamos casi dos meses, que se dice pronto y se sufre despacio, en cuarentena perpetua gracias a la gripe y la varicela). 

Se me ocurrió, mal, que: 

  • Como de pequeña disfrutaba de disfrazarme, del color del Carnaval y de sí fiesta, mis hijos no iban a ser menos. "Seguro que han salido fiesteros como su madre". 

jueves, 27 de febrero de 2014

Entre dos aguas

Paco de Lucia UV
By Denis Sklyarskiy (Own work), via Wikimedia Commons
Entre dos aguas nos deja Paco de Lucía con su muerte. Huérfanos de su guitarra. De la emoción que transmitían sus dedos. Lo veo en en reportaje de TVE y su voz tan tranquila me deja casi aturdida de la emoción. Qué sosegado, qué calma respira, qué pasión por la música. Siempre me ha emocionado escuchar "Entre dos aguas", en especial, y su música en general. Es de esa música que te hace parar a escuchar, que te pone los pelos de punta y te remueve por dentro. 

A mi de pronto me transporta a mi infancia. Parece que estoy tranquila escuchando la música de Paco sentada sobre un taburete alto y haciendo pendientes y pulseras de bisutería en la tienda "Somnis" de mi padre. Porque "Entre dos aguas" amansaba a las fieras (a mis hermanas y a mí). Incluso es como si pudiera oler el incienso quemándose, mezclado con el olor de alguna vela que se va derritiendo poco a poco. Veo el humo del tabaco de mi padre. Le escucho hablar con sus amigos, los hippies que pasaban tardes enteras acodados a la mesa de trabajo de la tienda como si de un bar de tratara. Siempre pensé que los turistas que ocasionalmente entraran en aquella tienda tan bonita (la más bien decorada de la isla, os lo aseguro, aunque debe ser de las que menos vende) debían pensar que éramos un conjunto de personas más bien extraño. Niños y adultos mezclados, sin saber quién de aquel grupo de amigos era el que debía atenderles. Hasta que aparecía mi padre tras el tablero con su barba espesa y su mirada traviesa a chapurrear cuatro palabras de inglés o francés combinadas con muchos aspavientos y los guiaba entre los tesoros escondidos en la tienda.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Columpios divertidos: volar en dragón

Parque Pompeu Fabra (c) Celia Ramón Wyser
El parque es opción obligada para pasr una tarde cualquiera con niños pequeños. Han de correr, saltar, airearse, jugar con otros en un espacio controlado... Así qué haga frío o calor, ahí estamos el elenco de sufridas madres, abuelas y algunos pocos padres (en paro) mientras nuestros vástagos acaban de rebozar bien la ropa que está mañana y durante un inmaculado momento estaba limpia.
Sin ir más lejos, esta mañana les he puesto las chaquetas que había limpiado por millonésima vez desde que la compramos hace tres meses. ¿He dicho que estaban limpias? Pues eso, "estaban".
Ir al parque con gemelos no es tarea fácil.

domingo, 9 de febrero de 2014

Trucos para superar un fin de semana enfermos

Izan y su varicela (c) Celia Ramón Wyser
En un fin de semana en casa con gemelos de tres años, que además es el segundo fin de semana (o el tercero), por obligación, en cuarentena obligada a causa de gripes y varicela, más vale tener algunas ideas para entretenerse más allá de tirarse en el sofá a ver pasar las horas. Como decía en mi anterior artículo, no es fácil superar una enfermedad con gemelos, tanto si los enfermos son ellos como si eres tú. Ahí van algunos trucos que me han funcionado.

Para el momento viral álgido: 

Disney, Warner, pelis y la tele nos han salvado cuando la fiebre y los peores momentos nos tenían para el arrastre. Hemos visto abrazados en el sofá y tapados por la manta mogollón de películas. Y digo mogollón. La Sirenita 1 y 2 que tenemos en la tablet, la mayoría gratuitos, muchos educativos. Me gustan y alucino con su destreza. Pero eso, otro día. (horrorosa, la verdad), Harry Potter (unas cuantas de la saga), La Bella Durmiente, El Rey León, Bambi, Gru... También hemos visto en la tablet con la aplicación de Clan TV y del club Súper 3 otra pila de Ben y Holly (me caen bien estos gnomos y hadas, mejor que Dora la Exploradora que encuentro repelente, la verdad),  Pepa Pig, Pac Man (sí, sí, el comecocos en dibujos, ver para creer) y la recién descubierta La Gata Lupe, que son como cuentos, muy chulo. 

Cuando ya han mejorado, han jugado con los puzzles instalados en la tablet, dibujado, dado de comer a monstruos y peinado a animales con los juegos de Toca Boca, leído cuentos... Un día os pasó todos los programas







Y sí, son muchas horas de pantalla, pero creedme que cuando ellos están tan mal y rabiosos de los granitos, yo no me veo con fuerzas de negarles lo poco que les distrae de sentirse mal. 

sábado, 8 de febrero de 2014

Gemelos enfermos, madres enfermas


Estamos de cuarentena, reproduciendo los virus de la gripe y la varicela dentro del pequeño micro clima, reproduciendo los virus de la gripe y la varicela dentro del pequeño micro clima que es nuestro hogar conformado por papá "yo no pillo nada", mamá "que vengan los virus a mí", y los mellizos "ahora tú, ahora yo". 

Es desesperante y no tiene visos de mejora a corto plazo. Más bien acabamos de empezar con la varicela, ahora que pensábamos que habíamos superado la súper gripe de este año, y no hago más que mirar compulsivamente la espalda y cualquier signo de granos sospechosos en Pol y en mí misma. Y es que mi augusta madre no recuerda quién de las cuatro hermanas que somos pasó qué virus (ella no tenía un blog ni es de apuntar en agendas como mi abuela suiza). Según ella, alguien tuvo varicela, y alguien sarampión o rubéola. Vamos, algo de granos y manchas y picores y fiebre. Estoy paranoica. Santa paciencia que tiene el padre de esta familia. Claro, como él es el "inmune" y yo lo pillo todo multiplicado por diez mil...

Cuando los gemelos enferman


Cuando dos bebés, niños ya, se ponen malos, la casa es un verdadero caos. En parte te encuentras deseando que "si lo tienen que pasar, que sea de golpe, los dos a la vez", y luego te sientes la peor madre del mundo porque a ver quién quiere ver a su hijo, normalmente un terremoto, alicaído, quejoso, pasándolo mal y en el mejor de los casos, somnoliento como si una mosca tsé-tsé les hubiera picado. Pero es que tener gemelos enfermos es agotador se miré como se mire:

martes, 21 de enero de 2014

Educar para la creatividad: DIY - serpiente de calcetines

Cómo hacer una serpiente con calcetines: DIY (c) Celia Ramón
No soy una mamá especialmente mañosa. No como otras que hace cupcakes, cosen vestidos de revista y disfraces espectaculares o hacen origami, macramé, cerámica o scrap como si fuera su segundo (o primer) trabajo, quiero decir. Pero aún así me gusta hacer de vez en cuando manualidades, construir una casa con una caja de cartón, hacer un bolso de una camiseta o, como ha sido el caso, una serpiente de calcetines viejos y medias con carreras. 

Me gustaría, además, inculcarles el gusto por hacer las cosas uno mismo a mis hijos. Que disfrutaran haciendo un bonito pastel o una comida suculenta a alguien especial en vez de comprarlo (siempre). Que se emocionen haciendo o recibiendo un dibujo, una carta o un cuento. Que les inspire "customizar" su propia ropa u objetos o decorar una habitación según sus propios criterios estéticos. Que disfrutan pintando, haciendo barro, o haciendo cualquier cosa por placer. Que crear y compartir un álbum de fotos les sea tan placentero como a mí. Que se les ocurran ideas para reciclar objetos aparentemente ya inútiles y darles otra vida.

De hecho, admiro la capacidad de mi marido para ser un "manitas" que sabe arreglarlo todo. Aunque ahora mismo hablaba más bien de desarrollar el sentido artístico y la creatividad. Me parece importante. Y lamentablemente creo que se le da poca relevancia en la educación actual. Y en casa, ¿cómo nos lo montamos? ¡Hacemos serpientes de calcetines reciclados!

domingo, 12 de enero de 2014

La primera vez en bicicleta

Aprender a ir en bicicleta es de esas cosas que solemos recordar con emoción y que parece que es algo para toda la vida. No en vano se nos dice en múltiples ocasiones, "es como ir en bicicleta" queriendo decir que una vez que aprendemos, la cosa ya no se olvida más. Lo cierto es que no sé que habrá pasado por la cabeza y en la emociones de Izan hoy cuando ha dado por primera vez a los pedales. No sé si para él ha sido memorable (o si lo será), ni si ha sido más o menos emocionante y divertido que cuando aprendió a hacer funcionar el patinete, o la moto de dos ruedas que arrastramos desde que tiene poco más de un año y que finalmente parece ser su objeto de paseo favorito. Pero sí que ha sido para mí muy estimulante ver cómo por fin se atrevía a coger la bicicleta y conseguía, en apenas cinco minutos, dar sus primeras pedaleadas.



miércoles, 8 de enero de 2014

Errores de los Reyes Magos


"¿Cómo se han portado los Reyes?", pregunta todo el mundo. Y se refieren a cuántos regalos nos han traído y cómo de bonitos han sido. Pero, pasada la vorágine de las fiestas, deberíamos reflexionar sobre cómo nos hemos comportado los padres, si como "Reyes" o como viles chantajistas (desesperados y desbordados de vacaciones infantiles, a veces). Si hemos encontrado el equilibrio entre la ilusión y el exceso. Si hemos sabido vivir la ilusión a través de nuestros hijos. Si les hemos dejado disfrutar y si hemos jugado con ellos. 

Por nuestra parte hemos caído, tarde, en la cuenta de un fallo garrafal. Haciendo ayer los deberes de P3 sobre los juguetes traídos surgió el drama: de pronto Izan recuperó y comparó las cartas suya y de su hermano en un ejercicio de recordar qué habían pedido y recibido. 

Efectivamente, hicimos las cartas a los Reyes, Papá Noel y el tió con tiempo suficiente, les recordamos a los niños que no todo lo que se pide se trae siempre porque hay muchos niños y no siempre pueden con todo (a lo que los mellizos replicaban que son seres mágicos y la cantidad o el tamaño no es problema). Pero, fallo, resultó que de lo que no trajeron estaba todo en la carta de uno de los gemelos. No fue intencionado, pero salió así entre tíos, abuelos, padres, peticiones de última hora y sorpresas. 

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