jueves, 5 de noviembre de 2020

#FreeTomate o el experimento científico

 

Algunas tareas del cole las cargas el diablo (con todo el cariño lo digo). Los mellizos están estudiando que pasa si dejas tres semanas (habéis leído bien, TRES) medio tomate, medio limón, una chapa y un tapón de plástico en: 

1. Primer caso: nevera. Se están poniendo secos (el 🍋) y pocho pero aguanta (el 🍅).


2. Segundo caso: al aire libre. El 🍋 está en proceso de disecado. El 🍅 tiene una cantidad de moho verde negro que no es ni medio normal. Pero no huele, y a parte de alguna mosquita no molesta. 


3. Tercer caso (y llegamos al drama): en una caja, a oscuras, en un lugar seco pero interior. No me fiaba de dejarlo solo en la caja y los hemos puesto en un táper que está dentro de la caja... ¡Menos mal! El 🍋 está totalmente enmohecido y es poco agradable de ver. Pero el 🍅... El tomate es un horror. Se ha podrido, licuado, desintegrado, muerto, KAPUT. La peste a muerte de éste engendro no es ni medio normal y, ¡sólo estamos en la segunda semana! 


Vamos, que yo creo que aceptamos 🍋 pero el 🍅 en el táper dentro de la caja casi que podríamos darlo por entendido, ¿no? Que no es exageración, que podéis verlo en el vídeo, estamos a punto de mudarnos a ver si un vecino nos acoge... 


Sí estás con nosotros, por favor, comenta y comparte el vídeo de Instagram #FreeTomate para poder darle una sepultura digna a este medio tomate que tanto nos ha enseñado. 


PD: Para ser honesta, tengo que agradecerle al profesor de mis hijos la oportunidad de reírme con ellos haciendo este vídeo fúnebre para el tomate. Se me ha ocurrido y me han seguido el rollo entusiasmados, han escrito un guión, escogido ropa, dispuesto el lugar y nos hemos reído a carcajadas. Me han cambiado el día gris plomizo que tenía (el antes ha sido el post de @hayqueserpositivo) y ahora estamos deseando compartir este momento de humor. Espero de veras que lo disfrutéis (y que si el profe lo ve le haga gracia, que nos encanta ser participativos en la educación y que haya experimentos y retos). 

PD 2: Lo sé, juego el papel de seria muy bien y estoy horrible 😅

lunes, 26 de octubre de 2020

Aprender de los niños ante la pandemia


 "Soy un niño estatua, no te puedo hablar, shhh". 13:00 horas de un domingo en casa, hoy no teníamos ánimos de salir y después de todo no estamos mal en el calor del hogar holgazaneando, jugando, tirados en el sofá -y también trabajando un rato, para qué negarlo, los días de la semana han dejado de tener sentido, un poco, a veces, a ratos-. 

Yo creo que el niño ha tenido un sexto sentido y ha visto venir la declaración del estado de alarma, el toque de queda y, shhhhh, un confinamento que está la al caer (lo digan o no, shhhhh). Y como niño que es, ha hecho como vienen haciendo él y su hermano durante la pandemia: 

  • ha sonreído, 
  • ha a seguido jugando, 
  • me ha dado un abrazo silencioso de "todo está bien"...

 Cuánto podemos aprender de los niños... 

  • No sé quejan, si hay que ir a clase con mascarilla, se va. 
  • Sí hay que hacer fútbol con mascarilla, no hay problema, lo importante es jugar. 
  • Si hay que respetar un horario, ver menos a los amigos o quedar por Hangouts... Pues es lo que hay. 
  • Cada día van agradecidos y felices al colegio. Y nunca nunca pierden la sonrisa. 
  • Ni la calma. 
  • Eso no quiere decir que no pregunten ni cuestionen, pero saben que firman parte de un engranaje más grande y de un esfuerzo colectivo que puede salvar vidas.

Decía @batmami que al oír que el estado de alarma se alargaría hasta el 9 de mayo casi me da un parraque. @conmdemadre estaba en estado de shock... y tantas otras... Y yo... Es que este año es tan raro e intenso que sí me pinchan ya no sangro. No he podido más que sincerarme comentando el post (que aquí hemos venido para eso, para leer y compartir y comentar y ser solidarios, no solo para monologuear). Le decia que -aprovecho parte del texto, con esta necesidad de desahogarnos que tenemos colectivamente- que yo he oído "9 de mayo" y he pensado, "mira, por fin un poco de claridad frente a la incertidumbre, una meta, un tiempo claro". Largo, duro, sí, pero me temo que necesario y por lo menos una previsión honesta y sin tantos paños calientes que a nadie engañan. 

Siento ser monotema estos días en @hayqueserpositivo y ahora por aquí... Es que el tema me hace runrún...

Me temo que nos queda aún un confinamento y algunos meses de "soledad" antes de salir a flote, pero no me cabe duda que aprenderemos a focalizar y apreciar las pequeñas cosas que en realidad nutren nuestra vida u que saldremos de esta juntos, reforzados y juntos. O no saldemos. Y cuando levantemos cabeza será primavera. 

Así que con suerte hacemos una verbena colorida para celebrarlo. Nos vemos en las hogueras de San Juan. Y mientras, nos seguimos viendo en las redes 😉

jueves, 23 de abril de 2020

Los gemelos escriben 2 cuentos de un Sant Jordi confinado: ¡te sorprenderán!

Los mellizos han escrito dos cuentos de Sant Jordi para el telecolegio que nos ha tocado vivir este año de coronavirus y encierro en casa. La temática era libre: un cuento de Sant Jordi que tuviera que ver con el confinamiento en casa. Y el resultado de estos cuentos escritos por niños de 10 años es tan increíble (sí, sí, habla la madre con total "objetividad" que os lo comparto para disfrute colectivo y para desearos a todos un muy feliz día del libro y la rosa, un feliz Sant Jordi aunque sea en casa (que es lo que toca, y ya van 42 días).

Los traduzco en castellano y al final os dejo la versión original en catalán. Tened en cuenta que no les he corregido nada, es "tal cual".

¡Feliz día!





La leyenda de San Jorge - Pol

Hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño pueblo de la comarca del Ripollès, había un dragón. Aquel dragón no era como todos los dragones, él no tiraba fuego ni cosas de estas, él tenía una cosa que no era muy buena, mejor dicho, no era buena para nada!!! El dragón tenía un virus al que la gente del pueblo llamaba coronavirus. Este virus consistía en hacer que la gente se pusiera muy enferma, y esto hacía que los hospitales se colapsaran. Un día el dragón llegó al pueblo para transmitir el coronavirus a toda la gente del pueblo. Hubo 50 personas del pueblo que se tuvieron que ir al hospital para curarse, el problema era que no tenían cura para el coronavirus. Todos los médicos del pueblo intentaron encontrar una cura. Había un médico que se llamaba Jordi que encontró un pequeño remedio. El médico Jorge dijo a todo el pueblo que se quedaran en casa. Sobre todo se lo dijo al rey, a la reina y a la princesa.El médico Jordi también dijo que cada día se lavaran las manos tres veces y que mientras se enjabonasen cantasen la canción de cumpleaños feliz. Al día siguiente volvió el dragón a transmitir el coronavirus. Como la gente estaba en casa el dragón no podía transmitir el virus. El dragón vio en la plaza una cruz enorme y se metió encima, una red lo atrapó y entre todo el pueblo, con guantes, cogieron la red y se lo llevaron donde dijo el médico Jordi. Había un bañera enorme, metieron al dragón dentro de la bañera y lo limpiaron entero. El coronavirus se fue del dragón y el virus se convirtió en una rosa. El médico Jordi le dio la rosa a la princesa. Finalmente, el rey le ofreció al médico Jordi que se casase con la princesa, pero el médico Jorge dijo que no, que la decisión era de la princesa y de él mismo. Además, que él tenía que ir a salvar otros pueblos del Ripollès. Y así el médico Jordi se fue él solo con su carruaje con caballos blancos, que la gente llamaba ambulancia.

LA LEYENDA DE SAN JORGE - Izan

Un día de Abril en una ciudad hubo un problema, ¡había un dragón! El día que apareció en la ciudad todos tuvieron un disgusto muy grande ¡porque se comía las ovejas! Con el dragón allí, en el pueblo no sabían qué hacer si se acababan las ovejas porque entonces el dragón se los comería a ellos. Un día decidieron que toda la ciudad estarían en sus casas confinados para que el dragón no los encontrara cuando se hubiera comido todas las ovejas. Pero, un día el dragón descubrió que la ciudad estaba habitada porque alguien salió a comprar. Y entonces el dragón se llevó a la princesa para vengarse. En ese momento llegó un príncipe que se llamaba Jorge y habló con el rey. La majestad suplicó a Jorge que salvara a su hija. El príncipe fue a salvar a la princesa. ¡Fiumi!, hizo la espada. -Ya lo he matado-, dijo el príncipe. De la sangre del dragón surgió algo extraordinario, una rosa. Y ese día se llamó la leyenda de San Jorge y todos dejaron de estar encerrados en casa.

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Las versiones originales en catalán

La llegenda de Sant Jordi - Pol

Fa molt i molt de temps, en un petit poble de la comarca del Ripollès, hi havia un drac. Aquell drac no era com tots els dracs, ell no tirava foc ni coses d’aquestes, ell tenia una cosa que no era gaire bona, més ben dit, no era bona!!! El drac tenia un virus que la gent del poble li deia el coronavirus. Aquest virus consistia en fer, que la gent es poses molt malalta, i això feia que els hospitals es col·lapsessin. Un dia el drac va arribar al poble per transmetre el coronavirus a tota la gent del poble. Hi va haver 50 persones del poble que es van tindre que anar al hospital per curarse, el problema era que no tenien cura per al coronavirus.Tots els metges del poble van intentar trobar una cura. Hi havia un metge que es deia Jordi que va trobar un petita curació.El metge Jordi va dir li a tot el poble que es quedessin a casa. Sobretot li va dir al rei, a la reina i a la princesa. El metge Jordi també va dir que cada dia es rentessin les mans tres vegades i que mentres s’ensabonaven cantin la cançó d’aniversari de moltes felicitats. Al dia següent va tornar el drac a transmetre el coronavirus. Com que la gent estava a casa el drac no podia transmetre el virus. El drac va veure a la plaça una creu enorme i es va ficar a sobre, una xarxa el va agafar i tot el poble amb guants van agafar la xarxa i se’l van emportar on va dir el metge Jordi. Hi havia un banyera enorme, van ficar al drac dins de la banyera i el van netejar sencer. El coronavirus es va anar del drac i el virus es va convertir en una rosa. El metge Jordi li va donar la rosa a la princesa. Finalment, el rei li va oferir al metge Jordi que es cases amb la princesa, però el metge Jordi va dir que no, que la decisió era de la princesa i d’ell. A més que ell tenía que anar a salvar altres pobles del Ripollès. I així el metge Jordi es va anar ell sòl amb el seu carruatge amb cavalls blancs, que la gent anomenava ambulancia.

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LA LLEGENDA DE SANT JORDI - Izan

Un dia d’Abril en una ciutat va haver-hi un problema, hi havia un drac! El dia que va aparèixer a la ciutat tots van tenir un disgust molt gran perquè es menjava les ovelles! Amb el drac no sabien què fer si s'acabaven les ovelles perque el drac se'ls menjaria a ells. Un dia van decidir que tota la ciutat estaria en les seves cases confinats perque el drac no els trobés quan s’hagués menjat totes les ovelles. Però, un dia el drac va descobrir que la ciutat estava habitada perquè algú va sortir a comprar. I llavors el drac se'n va emportar a la princesa per venjar-se. En aquell moment va arribar un príncep que es deia Jordi i va parlar amb el rei. La majestat va suplicar al Jordi que salvés a la seva filla. El príncep va anar a salvar a la princesa. Fium!, va fer l’espasa. -Ja l'he matat-, va dir el príncep. De la sang del drac va sorgir una cosa extraordinària, una rosa. I aquell dia es va anomenar la llegenda de Sant Jordi i tots van deixar d’estar tancats a casa.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Hoy ha sido un día feliz (o el día de la felicidad es cada día)

Querido hijo,

Hoy ha sido un día feliz.

No porque sea el día de la felicidad ni porque sea el inicio de una nueva primavera. Hoy ha sido un día feliz precisamente por pura cotidianidad.

Porque nos hemos despertado en una cama, bajo un techo, rodeados de cosas que consideramos nuestras.

Porque hemos desayunado tanto como hemos querido y teníamos opciones.

Porque mamá ha ido al gimnasio mientras papá se ocupaba de llevar a los niños al colegio después de despertarse, cada uno a su ritmo.

Porque los niños van al colegio. Y es público y gratuito y seguro y un montón de cosas positivas más.

Porque tenemos trabajo, remunerado, y nos gusta lo que hacemos.

Porque comemos, bebemos, disfrutamos de un café...

Porque hemos ido a una revisión médica. Y el sistema de salud también es público. Y el pediatra tenía una sonrisa.

Porque hemos escuchado música, qué lujo, y bailado.

Y hemos cocinado, en nuestra cocina.

Y hemos cenado en familia.

...

¿Ha sido un día perfecto? Seguramente no.

¿Ha sido anodino, común? Sí, como tantos otros.

...

Y sin embargo, la felicidad es eso. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo, el trabajo, la profesora que sonríe, el médico que atiende...

La felicidad no son fuegos artificiales. No es superlativa. Es sencilla, y cotidiana. Por eso se nos pasa de largo tantas veces.

Y claro que podemos estar tristes, llorar, enfadarnos, frustrarnos, sentirnos estafados o indignarnos o gritar. Sentir con todos los sentimientos disponibles y sin caer en la tiranía de la felicidad aparente, también es felicidad.

Porque felicidad es sentir, libremente, y vivir, viviendo.

Feliz día de la felicidad (cada día). 


#DIADELAFELICIDAD #felicidad #lafelicidaddelaspequeñascosas #lafelicidaderaesto 

miércoles, 27 de febrero de 2019

Cómo hacer cenar vegetales a los niños y no morir en el intento

Cena en construcción...

O como fracasar en el intento de hacer comer vegetales y verduras a tus hijos con alegría.

Yo lo intento: pongo un surtido de colores y fornas, de ingredientes para todos los gustos (porque a un mellizo le gusta la zanahoria y odia el tomate y el otro adora los tomates cherry), la lechuga es de las que les gusta, el pimento rojo es cosa mía y del padre (ofrezco pero no obligó), aliño para el que quiere aceite y sal y para el que prefiere limón o vinagre o sal de Ibiza o sal de Mallorca con hierbas. Pongo pollo dorado. Frutos secos. Hasta olivas. Y unos fresones dulces y rojos de postre.


Todo muy sano.

Todo muy rico.

Todo muy respetuoso. Mi cena en construcción, mi noche de las ensaladas semanal donde cada cual construye la suya (lechuga obligatoria y por lo menos otro vegetal a elegir obligado).


Todo preparado para ser buena madre y educar en buenos hábitos alimentarios.


Y luego llegan los gemelos. Corriendo. Ilusionados ante la llamada "Aaa ceeenaaaaar".


Y frenan en seco.

Y se les pone la cara larga y las comisuras de los labios fea.

Y pasamos una cena de aquella manera. Yo intentado dar conversación "qué tal el día" y ellos mareando la lechuga con el tenedor a ver si por mareo o por los rayos láser de la mirada desaparece.


En fin.

Así no se puede ser buena madre. Mi cena en construcción ha quedado en eso... En meras ilusiones de madre esperanzada.


 Ilusa.


PD 1: Igualmente, en casa se come verdura y vegetales cada día. Con excepciones. Pero cada día.


PD 2: Sí, yo como muuuuchaaaa verdura. Por el ejemplo no será. Decía la pediatra "si vosotros coméis fruta y verdura, acabarán comiendo también". Y comer, comen. Pero como si fuera tortura. Excepto las judías verdes con patatas, que eso sí les gusta.


PD 3: Hay que ver la paciencia y la perseverancia que se aprende a tener siendo madre. Y la imaginación que hay que echarle. No hay mal que por bien no venga. 


***

27/28 #febrerosinedulcorantes recta final del reto planteado por @victoriapenafiel en Instagram

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