jueves, 19 de agosto de 2010

El primer viaje

Martes 17 de agosto de 2010, 04:45 horas - Izan da patadas y se revuelve en el cuco. Antes que empiece a llorar y despierte a Pol me lo pongo el pecho. Tenemos toda la cama de matrimonio para nosotros porque a las 03:00 de la madrugada Andrés ha huido de un mosquito que le acechaba al sofá. Por alguna razón sólo le pican a él.

05:05 horas - Pol también se despierta. Izan está adormilado pero amenaza con abrir los ojos. Intento darle el otro pecho a Pol sin despertarle del todo a ver si podemos descansar todos un poco más, sobretodo Andrés que ha de conducir. Pero en cuanto acabo con Pol, Izan se despierta. Yo me desvelo.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Identificar a los bebés







El primer DNI de Pol e Izan les durará 5 años. (c) Celia Ramón
Los españoles, ya se sabe, van siempre con prisas y a última hora se acuerdan de aquellos "pequeños detalles"
importantes para viajar. Las vacaciones arrecian, el billete -después de muchos cálculos y posibilidades sopesadas- está comprado y... ¡Oh, vaya, los niños no tienen el pasaporte!

Resulta que desde hace tres años es obligatorio tener DNI para viajar en avión con niños dentro de España. Ya no sirve ir sólo con el libro de familia. Pero, ¡os aviso!, hacerle el DNI a los dos niños en pleno Agosto ha sido toda una Odisea.

En nuestra defensa diré que los nuestros no tienen más que tres meses justos y que tampoco se nos había ocurrido que hiciera falta para ir a visitar la familia a Ibiza tener los DNI o los pasaportes. Pero con los billetes ya comprados, no íbamos a tirar la ilusión de ir a ver a los recientes abuelos y a las tías por no tener identificados a los niños.

Conseguir los certificados de nacimiento en Registro Civil y el empadronamiento en el Ayuntamiento fueron cuestión de organizarse para salir con los dos bien comidos y adormilados por un paseo previo en cochecito. Hacer las fotografías para los carnets y, sobretodo, presentarse en comisaría sin cita previa para hacer los documentos ya fue harina de otro costal.

No todas las casas de fotografía se atreven con los bebés que apenas aguantan la cabeza tiesa y, por supuesto, cuando pasaba por delante o bien dormía uno o bien el otro. Obsesionada con no despertarles tal como indicó la psicóloga de las clases postparto hice varios viajes arriba y abajo de la calle esperando que los dos coincidieran en su vigilia. Nada. Al final tuve que despertar a Izan que no pudo evitar salir enfurruñado en la foto, ¡no es para menos!

Pol fue el primero en hacerse la fotografía con el fondo blanco. Mientras estábamos en el segundo piso para la sesión Izan esperaba abajo vigilado por la dueña del local ya que unas largas escaleras estrechas hacían imposible subir con el cochecito ni con los dos en brazos. Para el DNI no sirve cualquier imagen, el niño ha de agunatar la cabeza en alto, mirar al frente, tener los ojos bien abiertos y mis manos o mi cuerpo sosteniéndole no se podían ver. Con mucho arte para poner mis manos bajo su camiseta y gracias a que ya aguantan la cabeza bien pudimos hacer la foto con mucha paciencia. El fotógrafo se desgañitaba para llamar la atención de los niños -¡Pst, niño! ¡EH! Cu-cu, mira, mira...- y ellos insistían en observarme a mí, al techo, el suelo o cualquier cosa menos a él. Me tuve que contener la risa. 

Al fondo, la cola sigue y sigue. (c) Celia Ramón
Con todos los papeles necesarios nos presentamos ayer por la mañana a las 8:00 en la comisaría. En Agosto abren de 9:00 a 12:00 solamente y las citas previas pedidas por teléfono no tenían hora hasta finales de septiembre. ¡Sorpresa, la cola de gente ocupaba dos calles de la manzana! Con un cielo gris plomizo y Andrés con prisas por ir a trabajar lo dejamos para hoy.

La estrategia ha sido enviar a Andrés antes de las 7:00 de la mañana mientras yo acababa de dar la toma de la mañana a los niños, los vestía y me iba con el carrito cuesta arriba. He llegado empapada a las 8:30, había parte de la misma gente de ayer y a pesar del madrugón estábamos al final de la calle en la cola. ¡Los primeros habían empezado a esperar a las 3:00 de la madrugada! Cómo será la cosa que hasta hay gente que hace negocio: hace la cola para tener números y luego los venden a los desesperados tardíos por unos cuarenta euros.

Nos han dado los números 35 y 36, es decir, que hasta casi las 12:00 no nos hemos sentado en el mostrador para hacer el DNI, y de paso el pasaporte, de los peques. Se han portado como unos campeones a pesar de estar malitos con los hongos en la boca. Eso sí, en brazos y por turnos casi todo el tiempo y con biberones volando de una boca a la otra -cambiando la boquilla para no desaprovechar los biberones hechos en cada momento tan imprevisibles como son en las cantidades que comen y en la frecuencia, ¡qué lío!-. A demanda. Pero sin tetas fuera, que en plena comisaría y con cientos de personas esperando no era plan.

¡Y por fin, tenemos dos DNI y dos pasaportes! Duran cinco años el DNI y diez el pasaporte, ¡con la foto de bebés! Un poco ridículo, pero es lo que hay. Ahora ya no los perdemos.

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