martes, 11 de diciembre de 2012

A la tercera: los Reyes Magos, este 2012 sí que sí.

Este año los mellizos han descubierto de pronto que los Reyes Magos existen y llevan regalos a los niños "buenos". No es que no los hubieran visto. Pero su primera vez fue con apenas siete meses y les daba más miedo que otra cosa tanta algarabía en la cabalgata; ante los regalos estaban algo estupefactos, eso no iba con ellos. La segunda Navidad, la cabalgata ya les gustó más, sobretodo por los caramelos. Pero era tarde, estaban cansados y con sueño y encima se les hizo largo. Triunfamos a medias, y desenvolver los regalos fue casi más emocionante que jugar con ellos después.

Pero este año, con dos años y cinco meses, de pronto se han revelado conscientes y no paran de parlotear sobre los Reyes que traen regalos a los niños buenos, miran revistas de juguetes escogiendo "quiero esto", por supuesto sin ponerse de acuerdo los dos, y reputen una y otra vez, "yo soy bueeeenoooo".

Es emocionante vivir la Navidad a través de la ilusión infantil; para ellos los Reyes son reales, no entienden de magia o historias. Y si a eso sumamos el descubrimiento de las luces navideñas de las calles con las que alucinan, el árbol gigante del ayuntamiento que admiran cada vez, y haber decorado ellos el árbol en casa, estas fechas son realmente especiales. Disfruté como una loca viéndolos sonreír ante cada bola brillante que ponían en las ramas del abeto, aunque la cosa haya quedado descompensada porque decidieron poner todas las bolas en la misma rama.

Y del Belén ni hablamos, es una especie de amasijo de figuritas, los Reyes junto al caganer, la oca y un pastor sobre los camellos, un árbol nevado sobre un puente del revés... Y sin Virgen ni José ni niño, que las figuras son de barro y viendo la destrucción y el meneo de la (de)construcción del Belén decidimos no ponerlas.

Es más bien una casa de muñecas particular, que es precisamente algo que han pedido a los Reyes Magos recortando lo que les gustaba de las revistas y pegándolo en la carta. Bueno, hasta tres cosas (y algún extra) que les hicimos escoger, si no hubiesen pegado toda la revista en la carta. Y como han sido "muuuuu güenos", vamos a ver que traen los Reyes.



domingo, 7 de octubre de 2012

Las libretas de la guardería: ¿nos dan seguridad?

Portada de la libreta de Izan: cosas que le gusta hacer
 Desde el primer año de guardería, Pol e Izan han tenido su libreta donde las cuidadoras apuntan aquellos datos que presuntamente tranquilizan a los angustiados padres que se separan de sus hijos: los cambios de pañal, si las cacas son normales, si han comido bien y cuánto, si han dormido y durante cuánto tiempo y alguna nota del tipo "faltan toallitas húmedas" (que para nosotros, sufridos padres de gemelos, es un misterio por resolver cómo puede ser que se gasten tan rápido). Parece mentira que datos tan "tontos" nos tranquilicen, pero así es, es como un bálsamo. Da sensación de control. Aunque, francamente, si el niño come mal, adelgaza y enferma. Y si no caga o duerme, está irritable.

Lo mejor de la libreta es la parte más personalizada. Aquellas hojas en blanco que cuando las educadoras tienen tiempo (y a medida que pasan los cursos, aumentan el número de niños por clase, y reducen los recursos como el personal de soporte), tienen dibujos de nuestros hijos, comentarios sobre qué les gusta hacer o qué cuento les inspira más, anécdotas y alguna trastada. Es un bonito recuerdo que además queda completado si los padres, el fin de semana, también rellenan alguna hoja explicando qué han hecho de especial. Esa parte de la libreta sí me gusta, porque al final es la que me da información de mi hijo, de su carácter, de cómo se relaciona y de si se lo pasa bien en la guardería.

Portada de la libreta de Pol: el escalador que se escondía
La libreta es un puente informativo entre los padres y la guardería, y se agradece que por lo menos nos den esa sensación de control. Aunque, como se dice, "lo que pasa en la guardería, se queda en la guardería". De echo, una encuentra a veces mordeduras, arañazos y otras heridas de guerra. Y se dice qué ha pasado pero no el autor, vaya a ser que los padres rencorosos nos dé por discriminar al niño agresivo o a los padres del mismo. Yo no me imagino haciendo tal cosa, la verdad, porque conozco a mis hijos y sé que a veces se les va de las manos el enfado o la excitación. Eso no los convierte en maleantes, y lo cierto es que a medida que han aprendido a expresarse oralmente (ahora mismo son como loritos del todo sinceros, nada se escapa y todo lo cuentan), las peleas han disminuido en agresividad.

Este fin de semana estamos personalizando la libreta. La guardería Pam i Pipa de Badalona y su equipo educativo opinan que cada niño es especial y diferente y que por tanto su libreta también ha de serlo. Nos da trabajo a los padres, para qué engañarnos. Pero a pesar de ello, es un placer sentir que nuestro hijo tiene un papel personalizado, que es considerado individualmente y que, a través de estas pequeñas manualidades, los padres podemos participar también de su vida en la guardería, en la que pasan tantas y tantas horas mientras los mayores trabajamos. Y como me hace ilusión participar, pero al mismo tiempo soy una madre de gemelos ocupada, este año me he dedicado a hacer un collage de cada uno con fotos representativas de lo que les gusta hacer. ¿No os parece que han quedado bonitas sus portadas de las libretas?

viernes, 21 de septiembre de 2012

Sin los abuelos, no somos nadie


Los abuelos y la conciliación - @CeliaRW

Sin los abuelos no somos nadie. Gracias a la abuela y al abuelo puedo ser una mujer de mis tiempos: una madre trabajadora con carrera, una mujer con intereses más allá de los niños que acude a jornadas interesantes, una periodista que va haciendo carrera, una escritora con algunos minutos para modelar palabras. Gracias a los abuelos soy una MASP, una madre aunque sobradamente preparada, que hace equilibrios entre su yo como mamá, su yo como profesional, su yo como amiga adulta, su yo como pareja y su yo más íntimo. 

Es justo reconocerlo, sin los abuelos, las madres y los padres de hoy día no seríamos la mitad de lo que somos. Porque la maternidad y la paternidad tienen unas altas exigencias, si se quiere llevar adelante con un mínimo de atención, amor y responsabilidad. Cuando los niños desembarcan en nuestras vidas es para siempre, están ahí, hay que atenderlos, cuidarlos, educarlos, mimarlos, jugar con ellos, escucharlos, hablarles, pasear con ellos, leerles un cuento a cualquier hora y antes de ir a dormir, hacerles la comida, ¡comprarles comida!, bañarles, celebrar con ellos los cumpleaños, disfrutar las vacaciones en familia... 

domingo, 5 de agosto de 2012

Estudio con gemelos: la inteligencia se hereda pero la pobreza afecta en su desarrollo.

Comparto un artículo interesante sobre si la inteligencia es genética y sobre la  influencia del ambiente:
La inteligencia se hereda, siempre y cuando la familia no sea pobre ...http://www.economiapersonal.com.ar/2012/08/04/la-inteligencia-se-hereda-siempre-y-cuando-la-familia-no-sea-pobre/

(...) como aceptan tanto Bouchard y Segal, la alta incidencia en la inteligencia heredada se aplica principalmente a familias no pobres. Críe a un niño hambriento o enfermo y el ambiente sí afecta el CI. Fuente: The Wall Street Journal, 2012.

miércoles, 11 de julio de 2012

Momentos estelares de Pol: la mujer, no está.



Para troncharse. Pol se había subido a la moto de monedas a la puerta de una tienda de ropa china. Y la pareja de chinos estaba cerrando: apagando las luces, bajando la persiana. Pol como si nada. Mientras el chino esperaba con paciencia que Pol decidiera bajarse de la moto, la china dejó un montón de bolsas de ropa en la acera y se fue. Finalmente, el chino cogió en brazos a Pol y en cuanto lo dejó en el suelo Pol empezó a mirar a diestro y siniestro llamando a gritos a la mujer. Muy serio, miró al chino y le dijo:

- La mujer se ha ido. PERO BUENO, ¡¡¡HOMBRE!!!

A cuadros se quedó el chino mientras Pol le perseguía calle arriba repitiendo todo el rato como un loro que la mujer se había ido, escondido, desaparecido, ¡hombre, hay que ver!

Y la cosa sigue y sigue cada vez que le preguntamos "¿dónde está la mujer, Pol?"
Me moría de la risa... Lágrimas y todo :)

PD: Lo prometido es deuda. Un poco de risa para mantenernos jóvenes y con salud.

domingo, 8 de julio de 2012

¿Qué hace papá? Ver el fútbol...

Los mellizos tienen momentos estelares para desternillarse de la risa. Ya os conté el momento "el pelo del calvo no 'ta" de Izan y ésta última también es suya, aunque le precede una very best de Pol que me reservo un poco hasta que el vídeo esté editado. La cosa que desde que los gemelos duermen solos, su padre y yo nos turnamos para contarles un cuento y quedarnos en la habitación hasta que concilian el sueño o se quedan tranquilos para dormirse. -Este artículo se está escribiendo en uno de esos momentos-. Durante las semanas que había partidos de fútbol importantes, el orden se ha visto alterado y mientras papá iba "a ver el fútbol", mamá repetía noches con los mellizos. Tienen una memoria asombrosa, están en fase loro que todo -¡Todo!- lo repite y además Izan está muy apegado a su paaaapáaaaaaa, con lo que lleva un exhaustivo control de cuándo le toca estar con ellos, dónde está, qué está haciendo y cuándo vuelve, si es que se ha ido. Hoy nos disponíamos a dormir. Nos han dado un abrazo con un te quiero ("je t'aime"), besitos y todo el ritual y se han instalado en sus camas. Papá ha dado las buenas noches desde el quicio de la puerta mientras mamá se instalaba en el balancín e Izan ha soltado: - Ah, papá va ver fútbol -. Y con esa razonable explicación se ha quedado tranquilo mientras papá le miraba alucinado. Porque para ser francos, tampoco han sido tantos días los que se saltaba el turno para ver los partidos. ¡Pero a mí me ha hecho mucha gracia! Los niños de dos años tienen unas ocurrencias que son para troncharse. La lástima es que nos se me ocurre apuntarlas todas, pero reírme me río un rato. ¿No dicen que riendo se mueven muchísimos músculos, que se segregan endocrinas y por tanto se es más feliz, que como consecuencia se alarga la vida y su cálidad y que encima se gastan muchas calorías? Si es que tener niños es un chollo. Y al tener gemelos eso también será doble, ¿No? Ea, ya lo sabéis, a reproduciros de dos en dos o a ir al teatro para ver comedias o a apuntarse a risoterapia, lo que os salga más barato o os apetezca mása. Y si queréis, ya os voy contando mis anécdotas y así nos reímos todos juntos un rato.

sábado, 30 de junio de 2012

Cantando en la playa

Manha - manha... Lundi matin... Manha - manha... Lundi matin... Y así toda la tarde, cantando en la playa con los gemelos mientras la gente que pasa intenta sonreír disimuladamente. Hay que ver, cuando a los mellizos se les antoja algo no hay quién los contradiga. En estas tardes de calor sahariano, la mejor opción es la playa, los cubos llenos de agua de mar, las palas en la arena, y cantar :)

viernes, 22 de junio de 2012

Ponerse en los zapatos del otro (para encontrar la felicidad)



Dicen que es bueno ponerse en los zapatos ajenos para aprender a ser empático. Yo no sé si los niños lo harán por eso o por simple diversión, pero como dijeron en aquel curso sobre alimentación y psicología infantil que nos impartieron en la guardería, los niños NO JUEGAN, APRENDEN, y además su primer objetivo en esta vida es SER FELICES.

Lástima que los adultos no podamos ponernos en los zapatos de los niños más a menudo. Seguro que aprenderíamos a no enfadarnos tanto. Y si los molestamos, a desenfadarnos tan rápido como ellos que a los veinte segundos de una gran crisis de  llanto son capaces de abrazarte y darte besos como si nada hubiese pasado. Aprenderíamos a ser más sencillos y directos, a pedir lo que realmente queremos, a quejarnos sin cortapisas por lo que nos parece injusto, a reclamar lo nuestro, a abrazar y besar con toda la sinceridad del mundo, a pedir caricias si nos apetecen sea donde sea...

martes, 29 de mayo de 2012

La subida de tarifas de la guardería municipal o los recortes a la conciliación.

Conversación en Twitter sobre la subida de tarifas de las guarderías públicas en Badalona
Conversación en Twitter sobre la subida de tarifas de las guarderías
El viernes 25 de mayo el alcalde del ayuntamiento de Badalona, Xavier Garcia Albiol, (AlbiolAlcalde_) visitó las guarderías municipales rodeado de su séquito responsable del área de educación  para anunciar la subida de hasta el 44 por ciento de tarifas para el curso 2012-2013. Es hoy cuando se votará en el pleno del ayuntamiento esta subida que responde a la bajada de la financiación por parte de la Generalitat. Lo cierto es que todo lo que argumentó tiene sentido y que se agradece que por lo menos los responsables políticos de la ciudad dieran la cara para explicar los porqués de tanta subida y palos a las familias por todas partes. No hubo grandes debates porque ante la realidad de los recortes, ¿qué más podemos decir más allá de poner cara de vinagre y enconger algo más los hombros? Sin embargo, las familias salimos de allí con la misma impotencia y desesperanza que parece estarse instalando ya en nuestras mesas como uno más. Hacemos cábalas sobre si el años que viene podremos pagar la guardería o nos vale más la pena dejar de trabajar o contratar alguna persona que venga a casa a cuidar de los niños, hacemos malabarismos con números, horarios, abuelos y niños. Empezamos a debatir encarnizadamente quién merece más las ayudas de comedor o las plazas de las guarderías... Las madres trabajadoras, las amas de casa, los que están en paro, los padres de gemelos o más de un niños en edad de guardería... Y es que como dijo hace poco razzorbuzz, son las familias las que están pagando la crisis. Si no fuera por ella, ¿dónde estaríamos? 

martes, 8 de mayo de 2012

Las tardes de playa han llegado con las rutinas del verano

Las barcas de la playa de Badalona
Pol e Izan escalan a las barcas, 2012
Los días se han ido alargando y caldeando y cada vez parece más raro hacer que los gemelos se duerman a las nueve y media, aunque en realidad es su hora límite después de un largo día en la guardería y una larga tarde con mamá, papá o los abuelos trasteando en el parque, correteando por las calles peatonales del centro y entrando en todos los soportales existentes en el camino -que ejercen una extraña atracción en los mellizos y abundan mucho por estos andurriales-. Y con el avance del verano en esta primavera cálida llegan los cambios de rutina familiar.
Izan juega a tirarse la arena encima
Izan jugando con la arena, 2012

Es imposible pararse a jugar en los parques infantiles de Lloreda o Pompeu Fabra sin arriesgarse a coger una insolación y llegar a casa oliendo a sudor rancio. Dónde andarán los árboles frondosos en los parques modernos, me pregunto resoplando de calor. En un intento desesperado les pregunto a los niños si quieren meterse en el cochecito para ir a la playa -ahora sólo usamos el carrito al salir de la guardería y porque estoy sola con ellos y el trayecto es largo y lleno de carreteras transitadas, si no es imposible convencerles de no caminar, tardando el triple de tiempo y desgañitándose a llamarles porque siempre deciden ir en direcciones opuestas-. Sorpresa, sorpresa, deben tener tanto calor como yo porque se apresuran a decir que sí mientras se instalan solos en el cochecito.

viernes, 27 de abril de 2012

El paso del tiempo: 2 años cuánto son, ¿mucho o poco? (Lecciones de vida: la felicidad y el aprendizaje con niños)


Dos años... ¡Cómo pasa el tiempo! Sueno a vieja chocha de frases manidas, lo sé, pero es que... ¡Cuánta razón tenían las personas mayores cuando nos decían de niños que el tiempo pasa volando y que hay que aprovecharlo, que de joven uno no se da cuenta pero luego todo pasa a la velocidad del rayo! En algún lugar escuché, no sé si en el programa Redes de Eduard Punset o en algún artículo de Muy Interesante, que de hecho la percepción del tiempo se acorta cuando envejecemos por un tema puramente físico: tenemo menos neuronas. Pero yo creo que tiene mucho que ver con la multitud de cosas que hacemos los adultos, muchas de ellas seguramente inútiles o no tan importantes como nos pensamos, y con la rutina también, de algún modo. Porque recuerdo perfectamente como el Erasmus de 6 meses fue una de las experiencias más intensas de mi vida y me parecieron muchos, muchísimos más meses por la intensidad de las emociones, las relaciones, los descubrimientos. En un día cabían por lo menos tres o cuatro jornadas enteras de estudios, amistades, turismo, fiestas, paseos y conversaciones. Así que supongo, y esta es una teoría propia, que la rutina o la novedad del descubrimiento constante y la pasión o el desapasionamiento con que hacemos las cosas tiene también algo que ver en la pesonal percepción del tiempo que tenemos.

viernes, 23 de marzo de 2012

La felicidad de parar de correr: tómate un buen café!

Tomaros el tiempo de disfrutar de vuestra felicidad.

Y si lo queréis usar para compartir mi reflexión al respecto, os dejo el enlace a mi otro blog "En 1000 palabras" donde hablo de las otras facetas que no son sólo la maternidad y la vida, obra y milagros de mis adorables gemelos (aunque también).

En 1000 palabras: La felicidad de parar de correr: tómate un buen café!

Me levanto tambaleante y legañosa, nunca he sido de empezar el día a pleno rendimiento. Necesito mi tiempo, arrastrar un poco los pies, volver a la vida poco a poco dejando atrás una noche de sueños encadenados sin demasiado sentido (a no ser que los analice). Mientras amanece el día en mí, los sueños van diluyéndose en el olvido. Pero la vida moderna de los padres y los trabajadores, sobretodo en la gran ciudad, no tiene piedad con los que somos de despertar lento. La prisa lo invade todo.

Corro para vestir los niños. Me visto a toda prisa sin pensar demasiado... (...)

SIGUE EN: En 1000 palabras: La felicidad de parar de correr: tómate un buen café!

jueves, 1 de marzo de 2012

"Y tú callada" de Emma Riverola en El Periódico de Catalunya

Con permiso de @emmariverola, comparto este artículo para que reflexionemos cómo la crisis está sirviendo de excusa para los recortes de derechos laborales, especialmente de las mujeres; de sueldos, de medidas de conciliación pactadas y de toda la situación hasta llegar al despido.

"Y tú callada"


Has dejado a los niños en el colegio y vuelves a casa. La casa callada. Te preparas un café. Lo tomas sorbo a sorbo, perdiéndote en los pensamientos. Enciendes el ordenador. Abres el correo. En un gesto que ya es un ritual, cierras los ojos. Tres, dos, uno… Ya. Cargados todos los mails . Nada. Ninguna respuesta. Silencio. Último sorbo. Saltas de la silla y te paseas por el piso. Las habitaciones mudas. El pasillo mudo. Solo tus pasos. Y tus recuerdos… Ya, ya lo sé –te dijo él un día–, te mereces un aumento, pero con la que está cayendo, mejor no quejarse mucho. Y tú callaste. El primer silencio. Al cabo de un tiempo, él volvió. Es injusto –se disculpó–, no sabes cómo me cuesta decirte esto… Es sobre la conciliación. Ya sé que fue lo que pactamos, pero tendrías que reconsiderarlo. A los de arriba no les gusta, y ya sabes, tal como está todo… Y tú asentiste. Y callaste. Pasaron los meses. Y de nuevo él. Es terrible –se quejó para romper el hielo–, pero no hay nada que hacer. O se recortan sueldos o habrá despidos. Órdenes de Londres. Y tú, siguiendo la ley, callaste. Más semanas. Más incertidumbre. Más mutismo. Hasta que hubo una vez más. La última. El momento en que tu carrera profesional enmudeció. Ahora te paseas por la casa silenciosa, con los labios con sabor a café y el correo sin noticias. Se te atragantan todos los silencios. Y hoy, aunque ya solo sea para ti… gritas. 

Lo encontraréis el diario El Periódico de Catalunya del 1 de marzo de 2012

miércoles, 11 de enero de 2012

Un trabajo conciliador para no perder los afectos

"Estamos trasladando los afectos, en esta sociedad de la prisa, el estrés y los horarios de trabajo interminables, pagamos a otros, casi siempre mujeres latinas, para que cuiden de nuestros mayores y nuestros hijos", decía afligida un día Milagros Rivera. Hace tiempo ya, no recuerdo exactamente ni cómo ni cuándo surgió la conversación con esta conocida feminista del Centro Duoda de la UB, pero sus palabras resuenan hace tiempo en mí y con resignación niego moviendo la cabeza de un lado a otro en silencio y me muerdo la lengua para no chillar a todo el mundo cúan injusto y despiado es este mundo que estamos construyendo entre todos y todas. Hablo de la consabida concilición familiar y laboral, claro, de las condiciones de trabajo y los supuestos derechos que tenemos los españoles pero que muchos no nos atrevemos a pedir, no vaya a ser que... Hablo de la crianza de nuestros hijos, nietos, sobrinos, de ese tiempo precioso que estamos perdiendo con ellos, de lo que no les vamos a poder enseñar, de lo que no vamos a poder aprender a su lado. Hablo de educación, de familia, de amistad, de relajación, de felicidad...

Es cierto, estamos trasladando los afectos. Dejamos en manos de profesoras de guardería, escuela o campamentos las risas, los aprendizajes, las primeras palabras o pasos. En manos de abuelos, muchas veces demasiado cansados para tanto trajín, la educación que a veces no es compatible con sus ganas de dar un mimo tras otro sin cortapisas como "no le des chuches que no cena" o "no le vayas a comprar todo lo que te pide". En manos de niñeras, de aquí o de allá, que se hacen más íntimas de nuestros hijos que sus propios padres. ¿No es triste? A mi me dan ganas de romper a llorar desconsoladamente.

Todo esto viene a cuento de que estoy empecinada, contra la corriente actual, en seguir estudiando para oposiciones como administrativa en algún ayuntamiento o administración pública. Me aconsejaron empezar por abajo porque es donde más plazas convocan y donde es relativamente más fácil entrar, luego ya miraremos promociones internas y todos esos temas de escalar por dentro para tener un puesto acorde a la formación que tanto nos ha constado obtener. Aunque mi principal objetivo no es tener un empleo de escala A de licenciada, no, mi aspiración es ¡tener tiempo! al tiempo que aseguro un mínimo sueldo para hipoteca, comida, ropa y demás. Tiempo para mí, para la escritura y el periodismo, para estudiar, crecer, realizarme... Pero sobretodo, tiempo para ver crecer a mis hijos, disfrutar de sus monerías ahora, de sus aprendizajes y su amor incondicional en preescolar, de preguntas a todas horas en primaria, para sufrir su adolescencia con sus cambios y dudas y discusiones e ideales... No se me ocurre un plan mejor.

Yo no quiero trasladar mis afectos ni que me substituyan porque tengo horarios laborales imposibles con horas extras nunca agradecidas, recuperadas ni pagadas (los periodistas sabrán de qué hablo, ¿verdad?). No lo quiero, y menos por esos sueldos de miseria, o misericordia casi podría decir, que nos ofrecen ahora. No quiero sufrir por pedir unas horas libres (que por derecho tengo) para ir al médico con mi hijo o curarle con mimos la rubeola o la varicela (espero que jamás sea nada peor). No quiero correr deslenguada porque llego tarde a recogerle al colegio o porque ni tan siquiera veré su primera actuación de karate o lo que sea que decida hacer con sus tardes. No quiero ser una madre cansada, hastiada, irritable, estresada, con poco tiempo para comprar, hacer la comida (casera), cenar con ellos, leer un cuento antes de dormir, o inventarlo, hablar del día, resolver sus dudas, ayudar con los deberes o los exámenes. No quiero que mis hijos ni mi marido ni mis amigos ni mis vecinos ni mi entorno se conviertan en extraños.

Me diréis exagerada. Quizá. Aunque no tanto. Me sigue impactando la cantidad de mujeres de mi alrededor que, como yo misma, después de demostar durante años su valía y dedicación en el trabajo han sido denostadas, maltratadas, han sufrido mobbing o han sido despedidas tras su maternidad (o al finalizar la lactancia o querer pedir una reducción de jornada). Visto de mi perspectiva de isleña perdida en la gran ciudad, el ritmo frenético de Barcelona me marea, todavía, a veces. Y cuando llego a Ibiza y veo esa pachorra con que hacen todo... ¡Me da una envidia sana! Pero no penséis, también cuando voy a visitar a la familia en Suiza me doy cuenta que no es normal estas exigencias soterradas que tenemos que aguantar. Allí hace años que mis tíos han podido pedir reducciones de jornadas, los dos, para criar a sus hijos. ¡Y no ha pasado nada! Hace tiempo que disfrutan de sus tardes, hacen pasteles caseros y pastas para el té, incluso caramelos y flanes para el postre, van a recoger moras y frambuesas en el bosque, o a esquiar o a pasear por las tardes. Leen, hacen la siesta, juegan... ¿Cómo podemos pretender ser una sociedad saludable y feliz con las condiciones que estamos aceptando? Y encima con la crisis todo se magnifica y ahora sí que sí que nadie se atreve a reclamar nada. Pero, ¿no es lógico pensar que quién tiene vida propia, y la disfruta, tiene hobbies, intereses diversos, estudia, lee, juega, cría, educa... es también una persona más capacitada y un trabajador más motivado y eficaz?

Así que voy a desaparecer unas semanas para estudiar porque se avecina un examen, para ver si a pesar de los recortes consigo un trabajo estable con un horario y unas exigencias decentes. Y si alguien de vosotros conoce una de esas maravillosas empresas que hacen políticas de conciliación y de promoción del bienestar y la felicidad en el trabajo y se acuerda de mí, aquí estoy, dispuesta a seguir trabajando como la que más mientras también disfruto de mis afectos.

lunes, 9 de enero de 2012

Nada que envidiar: el parque de Can Solei i Ca L´Arnús

Encontrar un parque en el que estar tranquila cuando cada hermano gemelo se escapa en una dirección diferente, donde tengan espacio suficiente y los coches no pasen a ras, y donde bebés puedan convivir con niños más mayores sin sufrir peleas y percances no es tarea fácil.

Más de una y de diez veces he sufrido crisis de nervios al pretender ingenuamente ir con Pol e Izan a cualquier cerrado con columpios yo sola. Ante la mirada atónita o indiferente de otras madres y abuelas y de algún padre he corrido del tobogán en que Izan trepaba a los columpios donde Pol pretendía subir poniéndose delante de niños a velocidad kamikaze como si de un bolo de feria se tratara. Nadie movía nada más que las cejas, eso sí, debía ser un objeto de estudio interesante ver cuál de mis mellizos se hacía daño primero o si yo me desmayaría en el intento de tener el don de la ubicuidad.

Pero todo tiene remedio. He descubierto varios sitios en Badalona a prueba de gemelos acompañados por un solo adulto. La terraza del bar "Les Antípodes" en Francesc Layret -a pesar de que la nueva escalera de la salida de emergencia que hace el espacio reservado a niños menos seguro e ideal-, la explanada frente a la Escola del Mar en la Rambla y ésta en general, la playa -a pesar que la arena es más bien tierra sucia con colillas-, y sobretodo el parque de Can Solei y Ca L'Arnús.

Es ideal para pasear pues es grande y tiene hasta estanque con puente romántico y casas antiguas. Y tiene dos espacios con columpios, uno grande con tirolina, cuerdas para hacer el mono, cintas para saltar y un espacio de juego con arena; y otro más adaptado a los pequeños con un arenero en forma de barco y un mini tobogán, además de mesas de merienda, porterías de fútbol y un gran espacio para correr. A diez minutos de casa y... Uuuuufffffff, respiro tranquila. Sobretodo en días como hoy que estamos !solos!



Primer vocabulario Pol e Izan / español, català, français: la educación trilingüe y la adquisición del lenguaje de los gemelos.

"Papá" o algo parecido fue la primera palabra que entendimos con emoción hace ya muchos meses atrás de Pol e Izan. Se iniciaron prácticamente al mismo tiempo en el mundo de las palabras y la comunicación. Debían tener por entonces entre cuatro y cinco meses -es increíble que teniendo ahora tan sólo veinte no sea capaz de recordarlo con exactitud, ¿dónde lo dejé apuntado?- y la sonrisa del padre era tan espectacular como la emoción con que los mellizos repetían el soniquete "ppappppappppapppa". Ahora prácticamente necesitamos un diccionario de traducción Pol e Izan / castellano / catalán / francés. Es uno de los precios a pagar por la educación trilingüe, así que eso me propongo, facilitar la comunicación inicial entre nuestros gemelos y el mundo.

sábado, 7 de enero de 2012

Los mellizos Pol e Izan descubren los regalos de los Reyes Magos



Con 20 meses, esta vez sí que los gemelos sienten una emoción especial en el aire. Han llegado al salón corriendo en pijama con la intuición que algo sucedía, y allí estaban los paquetes bajo el árbol. Enseguida se han puesto a abrirlos con ansia bien seguros que algo había para ellos en ese paquete.



Han estado brincando mientras abrían los paquetes de los Reyes Magos y descubrían animales de granja, salvajes y un libro. Pero una vez abiertos todos los regalos, el elegido para empezar a jugar ha sido... ¡El patinete! Que tenga tres ruedas ayuda a que sea más estable, pero... ¿Por qué si te pones encima con los dos pies bien alineados y te balanceas adelante y atrás no se mueve? ¿Será que hay que sentarse y arrastrar los pies? ¿O que hay pasearlo por el manillar pasillo arriba y abajo? Ummmm, parece mucho más complicado de lo que parece. Con 20 meses descubrir cómo funciona un patinete no es tarea fácil. Y a vosotros, ¿qué os han traído los Reyes Magos?

viernes, 6 de enero de 2012

De Reyes Magos y cambios de mobiliario

El día ha acabado con la espera de la cabalgata de los Reyes Magos. La espera, aunque larga en el tiempo y fresca por el viento que corría, ha pasado más bien ligera con las carreras de los gemelos y la vecinita calle arriba y calle abajo. Qué hará tan atractivos los portales, especialmente los que tienen escalones... Y aunque aún no entienden bien qué pasa, Pol e Izan miraban pasar las carrozas sentados sobre los hombros de papá y mamá con cara de alucinados. Eso sí, si le preguntábamos a Izan si quería regalos, contestaba sin dudar que sí. Este año han descubierto el placer de rasgar el papel y descubrir juegos y objetos nuevos. Se han ido a dormir tarde y sobreexcitados pero dudo que se esperen el despliegue que hay bajo el árbol.
En cuanto al resto del día... Uf. Visto que hace algún tiempo que los mellizos tenían invadido todo el salón con sus juegos en vez de quedarse en la zona vallada, he estado arrastrando muebles y ordenando todo el día mientras ellos miraban a su madre como a una loca. Ahora tienen la mitad del salón a su entera disposición, sin barreras, con estanterías para sus juguetes y libros, y nosotros hemos recuperado los dos sofás. Eso sí, teniendo en cuenta que antes de la llegada de nuestros dos invasores el comedor estaba en la actual zona dd juegos, el salón queda algo abigarrado. Pero no nos podemos quejar, tener espacio para sus juegos es un lujo. Si s alguien se le ofrece pasar por nuestro chiquiparc, jugando estamos.


jueves, 5 de enero de 2012

Un post diario ni que sea minúsculo... Empecemos por el saludo a los trenes

G'mamon Luluuu, como llaman los gemelos a su bisabuela suiza, tiene una entrañable costumbre: cada día, sin faltar uno, anota en una minúscula agenda anual lo más relevante del día. Luego, cuando hace sus preciosos álbumes de fotos o cuando en la familia discutimos sobre algún evento que cada cuál recuerda a su manera, saca sus diarios y siempre encuentra la respuesta. Cuántos recuerdos bien guardados y resumidos en pocas líneas. Contagiada de su espíritu, he pensado intentar hacer un post diario ni que sea breve. De momento ando dejando mis huellas dactilares del pulgar derecho en la pantalla del móvil y se me ha dormido ya la mano izquierda de aguantar el teléfono. A no ser que sea un micropost al estilo twitter me temo que este sistema va a quedar soterrado por el clásico ordenador. Pero ahora que estoy, vamos a ello... Dejar los buenos propósitos de año nuevo ya en el primer intento sería de mal agüero.
Esta semana los mellizos aún no tienen guardería, el padre trabaja, los iaios siguen de vacaciones dd Navidad lejos y nos quedamos los tres en casa recuperando el ritmo (de los horarios, comidas, intestinos y normas) después de diez intensos días en Suiza. Pasamos las mañanas jugando, peleando, bailando, viendo a Pocoyo y Dora Exploradora en Clan TV, y yo poniendo una lavadora de ropa sucia tras otra, entre lavavajillas y recogida de la cocina o el salón y la preparación del menú familiar. Pensaréis que está la casa como los chorros del oro... Pues no, está hecha unos zorros y como la señora de la limpieza ha llamado para avisar que está encamada con bronquitis, tiene pinta que de aquí al lunes irá a peor, a mucho peor. En fin, con niños uno aprecia el orden de un modo distinto.
Comida, siesta (y más marujeo y/o una ducha para mamá), merienda... Y nos vamos a pasear. Justo antes de salir Pol grita "cacaaaaa". Es un detalle, ahora avisa cuando deja el regalito. Lo cambio. Camino a la puerta se me ocurre revisar el pañal de Izan: premio. Como les ha dado, sobre todo a Izan, por querer tirar los pañales a la basura, espero que vaya a la cocina mientras pongo la chaqueta a Pol. Demasiado silencio... Encuentro a Izan en medio del pasillo con el pañal sucio abierto, las "bolitas" de su estreñimiento esparcidas en el suelo y a él escupiendo "algo" desagradable de la boca... No puedo creer que haya probado... Mejor no lo pienso... Nooooo.
Superada la fase de poner zapatos, abrigos, entrar en el ascensor -cada uno con una bolsa de basura, quieren ayudar pero casi no pueden con ellas y Pol va diciendo "ça pue" porque huele peste-, abrir el carro con ayuda de los gemelos, pelearme para atar a Pol y salir, me dirijo a hacer compras. Hoy no va a poder ser, se están tirando del pelo, arañando entre ellos, chillando para salir y pataleando a los cinco minutos de paseo... Pfffffffffffff...
Acabamos en la playa viendo pasar trenes y diciéndoles adiós. Los mellizos me piden "más, más" en cuanto desaparecen, como si yo tuviera control sobre los horarios de Renfe... Si supieran!
Vuelta, cena, cuento (creo que ya es la cuarta vez que empiezo El Principio en francés y cada vez descubro moralejas nuevas), algo de televisión y este post antes de dormir. 'NonNuuuuiiiiiiii

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