lunes, 12 de septiembre de 2016

Primer día de primero

Querido par: hoy es vuestro primer día de primero y por suerte vais al cole cargados de emoción y mucha ilusión. No se me ocurre mejor mochila para empezar el año que, dicen, es de los más esenciales en vuestra escolarización. Os miro y pienso que siempre deberíamos afrontar las primeras veces con vuestra misma sonrisa y emoción ante lo nuevo y desconocido, sin que el miedo lo empañe ni los pensamientos negativos nos invadan, con la sensación de que todo está por construir y de que, por supuesto, podréis  con todo. Ha sido especialmente emocionante saber que os hacía ilusión el gesto de cogerme el día libre en el trabajo para acompañaros en este primer día. Hay que ver lo importantes que son los gestos y lo olvidadizos que nos volvemos los adultos con ellos. Os deseo un año lleno de ilusión, emociones y aprendizajes. Estoy orgullosa de ver que lo afrontáis con vuestra sonrisa eterna. 

Os quiere, 

Mamá. 


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lunes, 5 de septiembre de 2016

Mamá, no quiero morirme nunca


Izan se ha puesto a llorar. Dice que no quiere morirse. Nunca. Ni que nos muramos nosotros. Lloraba desconsolado. Y Pol se aguantaba su propio llanto. Al principio les he dicho, como siempre, que es normal morirse, que todo el mundo se muere, pero que para eso falta mucho tiempo y que es cuando eres muy mayor o muy viejo o estás muy, pero que muy, enfermo. Pero cada vez estaba más acongojado, así que me he tendido con él en la cama para saber qué estaba pensando que lo ponía tan triste. 

Dice que echa mucho de menos a su papá, que porqué tiene que trabajar fuera tanto tiempo y tan lejos. Que quiere vivir para siempre con su hermano y sus papás en nuestra casa cerca de la playa. Porque aquí abajo es más bonito que en las nubes. "No quiero vivir arriba, es aburrido, todo son nubes. El mar es de nubes, las casas son de nubes, y si te compras unos lápices también son de nubes. Todo blanco. Es aburrido. Yo no quiero tener alas ni ser un ángel". 

Poco a poco se han calmado los dos porque han ideado un plan. Tenemos que escribir YA una carta al jefe de los científicos del mundo, que son los señores -y señoras- más listos del mundo porque siempre estudian y se han leído todos los libros de la biblioteca, que es una enormidad. Les tengo que escribir y decirles que fabriquen para nosotros -con nombre y apellidos, es muy importante- una píldoras que hagan que no nos muramos nunca. Izan la quiere saber galleta con chocolate. Pol está aliviado de saber que puede pedirla de fresa porque si la hacen con ingredientes como baba de caracol, caca y tela de araña está seguro que no le va a gustar.

Luego han pensado que además de para nosotros cuatro deberían enviarnos también para todos nuestros hermanos, tíos, primos, abuelos -que ya son muy mayores, hay que darse prisa, me han dicho- y para todos los que conocemos. "Mejor si nos envían la receta y lo hacemos nosotros en el horno". Y ya más tranquilos se han echado en la cama para dormir. 

Debería haberles explicado que la vida incluye la muerte, que todos morimos, que no pasa nada, es natural... Pero no he sabido cómo, no ante tanta desesperación. Uf, que duro el primer día de reencuentro!

PD: Queridos científicos, que no olvidéis incluir la receta. 

PD 2: Papá, tienes que decirnos pronto tu sabor favorito. 

PD 3: Pol estaba triste porque papá no está en casa. Las vacaciones escolares son tan largas que nos hemos dividido: primero esplais y casales varios (paga que te paga), luego yo con los peques sola, diez días todos juntos, y dos semanas más solo con papá y su familia. Ahora regresan a casa y mientras papá trabaja en otra ciudad toda la semana, volvemos a estar los tres, y los abuelos, que no falten. Pol muy serio y triste ha dicho "es que la familia tiene que estar junta"! Quizá de tanto echarnos de menos los unos a los otros venga este miedo a la pérdida? 

PD 4: Este suceso ha sido real y más dramático de lo que soy capaz de expresar con palabras. No, no hemos vivido una muerte cercana ni enfermedad que la haga patente. Tampoco hemos visto películas de zombies. No sé de dónde sale toda esta preocupación en niños de seis años (que por otra parte llevan dos años buenos hablando de la mierte y a los que siempre hemos intentado darles respuestas sin dramas y hacerles ver que es un proceso natural... Que aún no toca). No sé tampoco de dónde sale el tema cielo y ángeles... Me he quedado alucinada, compungida y con un dolorcillo anudado a la garganta ante tanto sufrimiento real. Por otro lado, ciàntonanor, tan puro, tan sincero, sin cortapisas. Quieren vivir para siempre en nuestra pequeña casa con papá y mamá, no se me ocurre mejor declaración de amor. 

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