miércoles, 6 de febrero de 2019

¿Se pelean mucho los hermanos gemelos?

Vuestros retoños, vuestros trocitos de cielo, vuestros amores infinitos que están para comérselos, ¿cuántas veces al día se discuten y se reconcilian con abrazos que cuestan vidas enteras? ¿Cuántas veces dicen "perdón" o "ha sido sin querer" como si fuera una coletilla? Que yo sé que se quieren con locura y que no pueden concebir su vida sin su hermano gemelo, pero hay días que no hacen más que chincharse, hasta que uno recibe un peluchazo. Y entonces se oye una voz en grito aguda...
"Maaaaammmáaaaaaaa, X  M E   H A  P E G A D OOOOOOOO".

¿Se pelean mucho los hermanos gemelos? Pues no sé la media peto a mí me parece mucho, muchísimo, aunque son peleas que vienen seguidas de reconciliaciones también continuas. Una relación amor - odio muy intensa. Y es que están todo el día juntos, tienen la misma edad, el mismo sexo (no sé si eso influye). Cooks Fenstra tiene respuestas, como siempre.

"También es cierto que las peleas forman una parte inherente a esta convivencia. Suelen ser frecuentes –algunos días casi continuas- por el hecho de compartir tanto tiempo juntos y estar tan unidos. También suelen ser vehementes, más que las peleas entre hermanos de distintas edades."

Mi experiencia personal lidiando con el tema hace 8 años:

Yo debo ser una @MALASMADRES en toda regla, tengo varias salidas:
- Hacerme la loca hasta que me llaman 3 veces más o el grito de dolor o llanto es genuino e indicativo de dolor.
- Subir al piso de arriba arrastrando los pies y poniendo cara de pocos amigos mientras avanzo peldaños
- Mirarles en silencio con cara de: "y ahora qué, venga, contadme vuestras versiones por orden y escuchando al otro"
- Decir "arregladlo, yo no estaba delante y no sé qué ha sucedido realmente, llegad a un acuerdo"
- Intermediar para llegar al abrazo.

Mi nivel de empatía e intermediación es inversamente proporcional a mi cansancio o al incremento de peleas por minuto cuadrado.

Que se pelean porque "ha tocado mi peluche sin permiso", "no me deja leer", "no quiere jugar a lo mismo que yo", "me tocaba a mi elegir película", "el 3 de octubre del año pasado me dijo...", "seguro que la semana que viene me hace...", "el último petit suisse era mío", "me ha tocado", "no me quiere dar un beso", "no me pide perdón", "me pide perdón pero de mentira"... Y así, infinito.

Que alguien me diga que el pasotismo maternal ante las cuitas infantiles entre hermanos es un buen método educativo y emocional porque soy incapaz de dar más de mí en este sentido.

Desde pequeños les hemos enseñado que:
- Pegar duele
- Que no sólo existe dolor físico, las palabras también hieren.
- Que ignorar a alguien también es violento y hace daño.
- Que hay que escuchar las razones del otro, y respetarlas.
- Que a veces hay que ceder, si para el otro es importante y le hace sentir bien y a nosotros no nos duele o no los cuesta.
- Pero que no hay que ceder siempre porque hacerse valer es importante
- Que "sin querer" no es excusa
- Que cuando algo se rompre se puede pedir perdón, se debe pedir perdón - de verdad- pero que aún reparado ya no vuelve a ser igual.
- Que pedir perdón no te da carta blanca para volver a empezar
- Que es importante quererse y respetarse.

Digo yo que tendrán que aprender a respetar el espacio del otro, a respetar la propiedad y los deseos ajenos, a no chinchar, a no dejarse provocar, a que dos no discuten si uno no quiere, a cuidar del hermano, a dirimir asperezas, a llegar a acuerdos... Qué bien va tener hermanos para aprender a andar por la vida.

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