domingo, 3 de junio de 2018

Aprender a ganar... y sobretodo a perder: la competencia entre gemelos y el break dance

Segunda competición infantil de break dance, y las que nos quedan. En "Artescape" pasamos una tarde fantástica haciendo graffitis, saltando y disfrutando del baile. Fuimos a ver y aprender y bailar y... competir. ¡Y nos queda camino para aprender a perder, a ganar y a alegrarnos por los demás!

En este caso eran pocos niños compitiendo así que había muchas opciones de estar en la final (ganar teníamos claro que ganaría @bboy_soul2006 que para eso es "muy pro" como dicen los mellizos). ¿Pero qué pasa cuando uno está convencido que "por lo menos" estará en la final y será segundo pero el que pasa en realidad es su gemelo? Pasa que el drama está servido.

Es difícil hacer entender a un niño de 8 años que aunque tú te esfuerces mucho y lo hagas bien, otra persona puede hacerlo mejor, tener mejor día que tú o simplemente tener suerte.

Es complicado estar luchando con tu frustración y tus demonios y tener que felicitar a tu hermano, gemelo, siempre ahí presente desde que naciste, en el cole, en la habitación, en tus aficiones, en tu día a día... Que sí, es mucho más que un amigo e incluso mucho más que un hermano, pero también es tu mayor competidor.



La competencia entre gemelos es constante. Compiten por todo. Si uno es bueno en mates el otro intenta destacar en lectura, si uno hace manualidades o otro se dedica a saltar cada vez más alto...

La pasión de los mellizos por el baile es compartida, pero es cierto que fue Pol el que inició el movimiento break en el patio del cole el curso pasado. Es su terreno, más físico, haciendo piruetas y puños a todas horas. Pero Izan tiene ritmo, y atiende, se concentra, aprende... Ayer los dos bailaron genial pero solo podía pasar uno y con ocho años cuesta aceptar la derrota y al mismo tiempo el premio.

Por suerte, poco a poco lo encauzamos y pudimos apreciar lo bien que habíamos pasado la tarde conociendo a BBoy Iker, a su hermana, su familia y viendo bailar a un montón de buenos bailarines de diferentes estilos.

Nos fuimos además con un buen consejo de @ para disfrutar del ambiente del buen baile sin caer en frustraciones y autoexigencias: durante unos años iremos a los festivales a disfrutar y aprender, a mirar, a conocer, y a perder. No a hacerlo mal, lo haremos lo mejor que podamos, pero sin presión, sabiendo que venimos a perder. Y cuando sea el momento, ya iremos a ganar. Pero para ganar, hay que saber perder, y hay que saber felicitar a los ganadores con humildad y con franqueza.

Es increíble lo que aprendemos a través de los peques. Al principio había quién nos decía si el baile sería una buena extraescolar para un niño (masculino, que en femenino nadie se plantea si es buena extraescolar), si el break dance no es de "chungos" o demasiado callejero, que vamos a empujar a los niños a un mal ambiente. Pero es todo lo contrario.

En los festivales de street dance se respira amistad, compañerismo, superación, reto, colaboración y mucha pasión por el baile y la música. Hay mucho tatuaje y pintas que algunos definirán como raras. Pero yo me quedo con que es un deporte individual y al mismo tiempo en equipo. Me quedo con gente sana, buen rollo y muchas sonrisas. Y con lecciones de vida como la de aprender a ganar y sobretodo a perder. Que a pesar de los esfuerzos que uno haga, en esta vida te tocan más de perder que de ganar y hay que saber seguir adelante con la misma energía positiva (o más) que si hubieras ganado. O el baile se habrá acabado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

MIS ENTRADAS MÁS POPULARES