viernes, 6 de mayo de 2011

Hoy hace un año... Celebrando el aniversario (gracias a todos vosotros)

Con un año ya se puede uno ir al parque con amigos
"Uf, dos, ¡cúanto trabajo!", suspira la gente cuando nos cruza por la calle y ven a los gemelos y a sus "sufridos" padres. Y nosotros hacemos un mohín interpretable, medio sonrisa, medio cara de circunstancias y autocompasión para que cada cuál se quede con la parte de la historia que le plazca. Pero lo cierto es que el tiempo ha pasado a una velocidad impensable y  que hemos sobrevivido al primer año gracias a unas grandes dosis de paciencia, mucha ilusión, capcidad de sorpresa ante los avances de la naturaleza y gracias a la ayuda de todos los que bien nos quieren.

Hoy hace un año Pol e Izan nacieron a las 8:30 y las 8:32 de la mañana en la clínca Corachán pesando dos quilos y medio y sin llegar a los 50 centímetros de largo. El día anterior por la tarde el ginecólogo nos había anunciado la programación de la cesárea debido a la subida de mi tensión y Andrés, nervioso, no pudo por más que exclamar: "¿Mañana? No, no, mañana no me viene bien". Y aunque después se fue haciendo a la idea poco a poco de lo inevitable y de intentar negociar sin éxito con el doctor la hora de entrada para que no fuera tan temprana ni nos obligara a cruzar Barcelona en plena hora punta, lo cierto es que a las 7:00 ya estábamos allí listos (eso pensábamos) para lo que tuviera que suceder.



Primer mes de Pol e Izan: la familia nos visita
Sin tan siquiera sospecharlo, de pronto la mano del Dr. Oriol les sacó de la barrigaza de su madre a un entorno más frío, ruido y excitante. Con los brazos en cruz sobre la camilla, aburrida de la conversación de fútbol de los dos médicos y mirando la cesárea reflejada en la lámpara de la sala de operaciones como si aquella masa de sangre, carne y niños saliendo no fuera conmigo, lloré emocionada cuando me trajeron aquellas dos cositas hasta mi cara para que pudiera darles el primer beso.

Andrés, dando vueltas arriba y abajo fuera de la zona de quirófanos, casi tuvo que asaltar a la enfermera cuando salió con los dos bultitos enrollados en sus arrullos para verles las caras por primera vez a sus hijos. A partir de ahí todo se precipitó: aprender a dar el pecho, preocupación por el peso y la comida, dar complemento en biberón, las noches sin dormir, los cambios contínuos de pañales, verlos dormir, dormirlos, cambiarlos, consolarlos cuando lloran, descubrir un día que saben sonreir, reir, moverse a un lado y otro, gatear, ponerse de pie... Un año pasa en suspiro cuando los ves crecer a pesar de lo rutinario y repetitivo que es cada día.

La memoria falla a la hora de recordar todos los acontecimientos y por el orden que se desarrollaron. A bote pronto, la cosa fue más o menos así:

Vacaciones en Montilla
En Mayo de 2011 Pol e Izan nacieron, aprendieron a mamar -mejor Izan que Pol- y a combinarlo con el biberón cuando dos semanas después de llegar a casa Celia se arrastraba por los rincones: una hora con uno mamando, otra hora con el otro, sacaleches para estimular, veinte minutos de reseso y vuelta a empezar para darles de comer cada tres horas a los dos no era factible. Al ser tan pequeños no se agarraban tan bien como para darles pecho a los dos a la vez. Fue Andrés quién se plantó instaurando las noches de biberón a pesar de las quejas de postparturienta de Celia que dudaba si renunciar a dar el pecho a todas horas -después de un parto de cesárea en vez de natural- sería ser "mala madre". ¡Qué malos son los mitos, la bajada hormonal, la falta de sueño y los comentarios contínuos de Don Cualquiera!

Vacaciones en Ibiza
Junio y Julio fueron meses de adaptación, visitas familiares para conocer a los pequeños y preparación de las vacaciones. Porque en Agosto, con tres mesecitos, Pol e Izan ya hicieron su primera visita a Montilla (Córdoba) en coche y a Ibiza en avión. Tantos cambios, manos y brazos para cogerlos, horarios descuajeringados, nuevos ruidos... fueron duros y las noches de los padres se resintieron.

En Septiembre, nuevos cambios. Con cuatro meses los gemelos fueron a la guardería Pam i Pipa de Badalona y sin grandes traumas se acostumbraron a jugar con los otros seis bebés y a tener toda una habitación, juguetes y dos profesoras cariñosas a su disposición. A partir de entonces empezaron a aprender también el catalán, además del castellano que le hablan su padre, abuelos y tías, y del francés que su madre está intentando recordar.

La guardería Pam i Pipa
Octubre y Noviembre, empezaron a jugar con los móviles de las cunas, a estar tendidos en el suelo mirando a diestro y siniestro cualquier cosa, a sonreir a los rostros familiares, a girarse y estirarse para alcalzar algún juguete interesante. Por entonces el salón quedó invadido de losetas alcolchadas de gomaespuma. Y por si los cambios fueran pocos, papá se empeñó en hacerlos dormir en su habitación, y sin grandes traumas descubrieron sus cunas.

En Diciembre empezaron a sentarse en el suelo con algo de ayuda y a jugar con los juguetes al alcance. Descubrieron el árbol de Navidad y volvieron a visitar Montilla para ver la cabalgata de los Reyes Magos.

Estrenando las tronas para comer puré, frutas y papilla
En 2011, Enero, Febrero, Marzo y Abril fueron meses de mucho movimiento. Al principio no les gustaba nada la textura de las verduras y la carne en puré, y lo cierto es que cambiar de las tetinas y el pecho a la cuchara y las texturas más espesas no es nada fácil. Como siempre, Izan aprendió antes a poner bien la lengua para comer y empezó a comer los purés con deleite. Ahora ya comen sus verduras, carne, pescado, fruta, yogures, galletas y todo lo que se les pone al alcance de las manos sin problemas. Además, fueron los meses de aprender a sentarse solos, de empezar a gatear y arrastrarse por el suelo, de alcanzar huecos insospechados y descubrir que dentro de la chimenea, bajo las mesas y las sillas y bajo las camas se está estupendamente y muy divertido.

Y hasta llegar a Mayo con la sensación de haber sobrevivido y conseguido algo impresionante: tirar adelante, con buena cara, con los niños en nuestras vidas. Por supuesto, desde el pasado 6 de mayo no hemos vuelto a ir al cine o a cenar o a bailar casi cada semana. Ni hemos tenido cenas interminables con amigos, ni tranquilas. Ni hemos hecho viajes improvisados románticos. Ni tan siquiera nos hemos dejado dominar por la pereza un domingo por la tarde repantingados en el sofá mientras veíamos una película tontona en la tele. Lo más que hemos conseguido es un par de cenas, un viaje a una boda en Inglaterra, un fin de semana de hotel y un par de visitas al cine gracias a los abuelos siempre dispuestos a cuidar de sus nietos aunque les hagan pasar una noche en blanco. Así que FELIZ CUMPLEAÑOS a nuestros dos pitufos, y FELICIDADES también a todos aquellos que nos han ayudado a llegar a este día con una sonrisa. Gracias a la abuela de Barcelona que los recoge de la guardería y les prepara purés deliciosos a medio día. Al abuelo de Barcelona que los duerme y los cuida el fin de semana que los padres deciden darse un respiro. Gracias a los abuelos de Ibiza por sus visitas y sus arrumacos cuando pueden venir. Y a las tías y tíos y primos que tienen repartidos por la geografía y que los divierten y entretienen en cuanto tienen ocasión. Y a la familia que aún estando lejos nos llama, nos sigue a través de Internet, nos saluda a través de Skype y se acuerda de nosotros. Gracias a los amigos y amigas que siguen visitando a los sufridos padres de gemelos y los animan y les dan un poco de vida social. Gracias a los vecinos y vecinas que pasan tardes de paseo, parques, playa y meriendas. Agradecidos quedamos los cuatro Torregrosa Ramón a todos aquellos que nos queréis y cuidáis y que habéis conseguido que lleguemos a Mayo.

Mayo, el mes del buen tiempo en que la playa y la arena, los parques con sus piedrecitas, hierba y columpios y los patios son el gran boom del momento. Es inútil resistirse, se levantan y andan agarrados de cualquier objeto hacia el lugar más peligroso o poco adecuado de los metros cuadrados a la redonda y si además se hacen perseguir por sus padres, mucho mejor. Las piedras son un manjar, casi tanto como la tierra de las macetas y las briznas de hierba arrancadas. Así que en el día de su cumpleaños a los gemelos, como regalo, habrá que dejarles gatear a sus anchas, levantarse, sentarse, levantarse, subir las escaleras con ellos y vigilar como bajan de culo escalón a escalón, y enguarrarse, lo máximo posible. Ese es su día ideal, ¡así sea!

Llegando al año

2 comentarios:

  1. Que bonito Célia, eres estupenda (d)escribiendo y sobretodo recordándolo todo como si fuera ayer.
    Seguro que tus hijos valorarán (post adolescencia) lo buenos que sois con ellos, lo sufrido que ha sido, los excelentes momentos de juego y diversión y sobretodo el AMOR INCONDICIONAL que les tenéis-emos.

    Un beso enorme a los Torregrossa Ramón.

    Familia Paños Alvarez

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  2. Soltaré un topicazo, però no ho puc evitar... com passa el temps!!

    Ara ja podeu fer el manual "Yo sobreviví al primer año de mis gemelos".
    Però no em queda cap mena de dubte: serà dels millors records que guardareu per sempre.

    Us desitgem un molt bon segon any de vida com a famíla (casi) nombrosa ;). I a veure si brindem aviat pels vostres babies!!

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