Una nace isleña y ya no se le pasa, aunque lleve más años viviendo en la ciudad que en Ibiza. Supongo que no pesan lo mismo en la vida de uno los años de la infancia y la adolescencia que el resto. Y no me quejo. Ese "resto" es bonito, intenso y está lleno de momentos increíbles como haber tenido a un par de dos con un padrazo de manual. Pero la cuestión es que hoy la ciudad tiene un cielo muy azul y que a veces, sólo a veces, mi yo isleño asoma la cabeza y dice "y si hubieras seguido viviendo en la isla"...
Me parece que hace mucho que no voy a visitar la isla, a hacer cafés interminables con despedidas que se convierten en cenas, a ver los almendros en flor paseando por los caminos de Santa Agnés y San Mateo... Feliz viernes. Si tenéis un rato, parad a mirar el cielo azul y disfrutad.
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