Francamente, no veo ni el drama ni tanto afán por opinar sobre la frase que espetó esta periodista. Me parece que efectivamente somos muy besucones. Está bien. Pero si en un momento determinado el niño no quiere besar a un desconocido me parece que está en su derecho. Eso sí, saludar es de buena educación y debe hacerse, aunque también puede ser con palabras y gestos, abrazos o apretones de manos. Los adultos no vamos por ahí besuqueando a todo quisqui y mientras los niños no saben de convenciones sociales me parece lógico que les guiemos. Ahora bien, obligar a besar ne parece pasarse de la raya. Sobretodo porque no hablamos de la abuela o el tío, hablamos de desconocidos.
En un excelente artículo de Verne, explican:
"apunta Hanssen- con su hija de 4 años que de vez en cuando se ponía en huelga de besos y abrazos. Ante esta reacción, no la obligaba a mostrar cariño. "No invalidaré los fuertes instintos de mis propios hijos de negarse a tocar a alguien que no quiere tocar", argumenta en el texto. "Asumo que es su cuerpo, no el mío. No pertenece a sus padres, a su maestro de preescolar, a su maestro de baile o a su entrenador de fútbol".
No creo que mis hijos vayan a ser unos antisociales por no ir besando a diestro y a siniestro.
Fin de la discusión.
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