4 años de diferencia... Y creciendo. Las mismas sonrisas, los mismos chistes, las mismas travesuras a dúo...
Tener un cómplice por nacimiento debe ser muy especial porque solo verlos crecer a dúo ya lo es. La verdad, dan envidia de la sana (a pesar de lo chinchones que son el uno con el otro a menudo).
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