Érase una vez un rey disfrazado, un payaso, un ser ridículo con normas ridículas para cada día de la semana... Érase una vez el Rey Carnaval que pidió ir elegantes a los niños del colegio, con sus bufandas en el culo y sus zapatillas de sombrero. Y los niños, súbditos obedientes, estaban muy preocupados con la corrección de su atuendo. Porqué qué es la elegancia? Pero elegante elegante como papá cuando va de reuniones o elegante de mentirijillas? Sólo diré que ha habido dramas en casa está mañana. Que si la corbata pica, que si el chaleco es de vampiro, en fin, un drama...
El rey Carnestoltes es que tiene mucha autoridad. Por eso en el cole los niños de primero y segundo de primaria hicieron unas elecciones a la alcaldía. Tenían que formar equipos con ciertos requisitos para presentarse: que en el equipo hubiera niños y niñas y que fueran de los dos cursos. Mis hijos no consiguieron reunir todos los requisitos así que fueron a votar, con el carné de la biblioteca, si no no podían. Las votaciones fueron emocionantes porque el equipo ganador ayudará al Rey del Carnaval a dirigir la fiesta. Y además iban a visitar a la alcaldesa (de verdad). Mis hijos, como su madre es periodista, decidieron improvisar una entrevista. Entre otras cosas, los niños de primero querían saber si se sentía bien por vivir en un país sin guerra (ese fue Pol, que opinió tendencioso y dando la respuesta a si propia pregunta que teníamos suerte!. También preguntaron si era rica por ser alcaldesa...
En fin, no sé yo si no tenemos mucho lío entre democracia, votos, dinero y reyes.
La cuestión es que esta semana es carnaval y vamos a cumplir a rajatabla las instrucciones del rey de la fiesta, faltaría más!
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