Se pasan el día haciendo inventos y experimentos, tal cual los llaman, y en el proceso he perdido media despensa de buenos tés y algunas cremas, colonias y jabones que les han servido para jugar a hacer una tienda de perfumes (en la que para más inri tenía que comprar "con dinerito de verdad". En fin...
Teniendo en cuenta que les hace muchísima gracia que a su madre (sí, hablo de mí) le pareciera buena idea vaciar en línea recta ida y vuelta todo un tubo de dentífrico en el suelo "para ver cuánto medía", lo raro es que no hubieran pensado antes en usar las tijeras. Menos mal que no les ha dado por ser modistos.
Que de tal trasto, tales trastadas. Qué miedo dan cuando están en silencio!!!
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