Resulta que mi hijo Pol es un figurilla. Charlatán, divertido, payasete y extremadamente sincero. Y eso genera conversaciones hilarantes. Sobre todo si se junta con su amigo M., igual de parlanchín y más locuaz si cabe.
Han decidido a la salida del colegio -porque ellos se lo guisan y se lo comen sin madre mediante- que se iban juntos al parque. Y la iaia de M. ha accedido a ir con ellos. Aquí empieza esta historieta. La abuela detrás y ello andando y conversando delante.
M. - No andes muy rápido que si no mi abuela se queda atrás. Es que anda así raro-, ha dicho imitando un andar de orangután cojo y renqueante.
P. - Uy, pues mi abuela esta muuuuuy sorda - ha dicho cual maruja en plan "pues mi hijo más" - es que vemos películas y no se entera, se lo tengo que explicar todo, vaya, vaya.
Y se ve que así han pasado buen rato de la tarde ante la abuela de M. que estaba entre divertida e indignada porque les han sacado todos los defectos uno a uno. Eso sí, a sus abuelas que no las toque nadie.
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