martes, 21 de abril de 2015

Soy Joan Fuster: la violencia justificada

Conmocionada y con los pelos como escarpias desde esta mañana. Porque resulta que un niño tenía una lista negra, planeaba muertes, lo pregonaba, y lo ha hecho... Y no, no ha sido en Estados Unidos ni tenía "tan" fácil acceso a las armas. No, ha sido aquí al lado.

No tengo palabras para definir todas las sensaciones y pensamientos que me han pasado por la mente desde que a un compañero de trabajo le ha llamado su hermana de 12 años para explicarle que en su instituto un alumno había matado un profesor. Tiene 13 años, mucha rabia contenida, lo iba anunciando pero nadie le creía, jugaba a videojuegos, le gustaba Walking Dead y se construyó una bayoneta casera que ha matado a un profesor. No al que quería ni tenía en la lista del odio. A uno que pasaba por allí. Y francamente, me trae todo al pairo. 

No la muerte del profesor, el dolor de toda la comunidad educativa, de la familia, los amigos, los alumnos. No, me trae al pairo todas las especulaciones, elucubraciones y todo el tratamiento informativo que cada vez que una desgracia de este tipo se cierne sobre nosotros tienen algunos medios de comunicación. Me trae al pairo porque si no me indigno. Porque no es normal que siempre saquemos conclusiones como que el chaval debía estar mal atendido por su familia, mal educado, enfermo de videojuegos y series violentas... Siempre buscando el culpable fuera, lejos, rápido...


No dejo de pensar que vivo en Cataluña, cerca de ese instituto. Que mis hijos algún día serán adolescentes. Que como madre les doy todo el cariño del que soy capaz, les educo, les enseño, les quiero, les beso, les achucho... Yo y el padre y los abuelos y toda la familia. No se pueden quejar, son queridos. Pero mis hijos son niños, y contra la Celia que estudió un postgrado de Cultura de Paz y que se emocionó con el libro "Niños son, hombres serán", aún no entiendo bien porqué les encanta jugar a pelearse.

Cuando les hago reflexionar y les explico que no me gustan estos juegos y que con la violencia no se resuelve nada, me dicen, "pero mamá, no jugamos a pelearnos, somos superhéroes y sólo matamos a los malos". A Pol le vuelven loco las espadas y las pistolas. Izan persigue y se deja perseguir y hace llaves ninja. Y aunque cuando estoy yo no ven dibujos como los Gormiti "porque a mamá no le gustan", si pueden y papá les deja, disfrutan como locos viendo estos dibujos que aunque con un mensaje ecologista de fondo no dejan de darse leches "para salvar a los buenos".

Francamente, a veces les dejo jugar a su manera porque no creo que sea sano dirigir siempre su juego y observo en la distancia para intervenir si veo que se les va de las manos el momento superhéroe. ¿Soy por eso malamadre? ¿Se convertirán mis hijos en futuros seres violentos capaces de cometer una atrocidad como la del instituto Joan Fuster? ¿Será mi sobrino un futuro asesino si sigue jugando a matar zombies o "malos"? ¿O estaré conviviendo con un asesino en serie teniendo en cuenta que también mi amable marido fue un forofo de los videojuegos de "leches" y que le gustan las películas de acción y sangre más que a un niño una piruleta?

Me parece frívolo pensar así. Pobre padres del chaval, pienso. Con todo su dolor y ante el shock y la incomprensión de que un hijo llegue a comenter semejante barbaridad, ahora resulta que son señalados como malos padres, desatentos cuanto menos, ignorantes como mínimo... Eso si no tienen que acabar cargando con la responsabilidad penal además de con la culpa dado que el menor no llega ni a los 14 años.

Me parece simplista que siempre miremos a videojuegos y televisión y cine violentos. Porque confesemos, ¿cuántos millones de personas son fans absolutas de The Walking Dead o Juego de Tronos y no van por ahí matando a todo el mundo?

Y recuerdo al piloto suicida y asesino de los Alpes. El que corría maratones, el que escondió su depresión, el que nadie pensaba, nadie creía, y ¡plaf! Pobres padres y familiares. Pobres víctimas.

Y recuerdo que mientras tenemos el telediario lleno del niño de la ballesta, hay 700 personas muertas en nuestro Mediterráneo. Ese donde nos bañamos en verano, donde nos divertimos y por el que pagamos sumas infames para vivir como ricos durante un par de semanas mientras en el fondo del mar reposan cadáveres de inmigrantes desesperados. Pero no hacemos nada. No hay un #YoSoyInmigrante. 

Y recuerdo la reciente matanza en la universidad de Kenia. Que sí, pero no fue nada como un #JeSuisCharlie. Integristas también, pero estaban más lejos. Eso sí, el atentado de Túnez nos cayó más cerca, había cruceristas "nuestros".

Francamente, me pregunto en qué mundo estamos educando a nuestros hijos. Cómo vamos a saber enseñarles qué es lo importante, el respeto, la empatía, la solidaridad, si nosotros mismos no alcanzamos a reaccionar ante tanta violencia gratuita en la sociedad. La que disfrutamos sentados en el sofá, la que condenamos cuando nos cae cerca, la que lamentamos (un poco menos) cuando cae más lejos. Cómo decirles a nuestros hijos que no hay realmente un "nosotros" ni un "ellos" o "los otros", que todo el mundo merece una oportunidad, que se puede ser #JeSuisCharlie y #JeSuirKenia y #YoSoyInmigrante, todo a la vez y sin que le quite valor. Que se puede estar  al pie del cañón para condenar la violencia, la física y la psicológica.

Como decirles que las cosas no son tan fáciles, que las causas suelen ser múltiples, no sólo de los padres ni de los videojuegos o de la televisión. No solo. Que quizá estaba enfermo mentalmente. Que la sociedad es demasiado permisiva con los mensajes de violencia y las tragedias. Que no nos paramos a pensar, a condenar, a rectificar, entre todos. Que estamos insensibilizados a pesar del escándalo y la repugnancia que nos genera.

La cuestión es... ¿Qué está fallando en nuestra sociedad? 


PD: Todo mi apoyo y más sentido pésame a las víctimas del Joan Fuster. A los naúfragos de la pobreza en el Mediterráneo. A los accidentados en el avión... #JeSuis... 

12 comentarios:

  1. Me quito el sombrero por tan certero post. La verdad y la realidad que muchos pensamos, poniendo los puntos claros. Totalmente de acuerdo contigo. Yo a veces lo pienso y me entra pavor porque me hace pensar en que sociedadmi hija va a tener que vivir y la triste raelidad de que cuando veo estas cosas pienso que hemos perdido el norte.

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    1. Gracias por tu comentario, es un alivio saber que alguien más (muchos más) saben que hay que hacer algo y vivir con espíritu crítico. Espero sinceramente que lo consigamos. Por lo menos con nuestro entorno y nuestros hijos.

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  2. ¿Cuántas veces hemos actuado nosotras mismas de manera diferente en casa o en la calle? ¿Delante de nuestros padres y profesores qué frente a nuestros compañeros?
    A nivel "normal", que en casa seamos hijos modélicos pero que delante de los coleguillas podamos fardar de que fumo a escondidas, le he cogido 3€ a mi madre o voy a una discoteca de escondidas (reconozco que solo hice la última), no afecta a nadie y por tanto no se juzga de malos padres, profesores poco atentos o compañeros no chivatos.
    Lo que sucedió ayer muy probablemente era poco detectable por el entorno adulto del chaval. Qué en los últimos días (no hace años) fardase de tener una lista negra o armas blancas, no quiere decir que los padres o profesores fuesen conocedores de eso porqué en ningún momento el chico no dio signos de qué algo le sucediese, pero es muy posible que algo empezase a fallar en su cabeza.
    Cuando alguien, de la edad que sea, tiene un problema mental, su realidad se tergiversa, y lo que hay que averiguar es que le pasa a ese NIÑO y porqué ha hecho esta atrocidad.

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    1. Toda la razón, Belén, a mi tampoco me parece que todo fuera tan fácil, tan claro ni tan "cantado". A toro pasado es fácil revisar comentarios y situaciones antes desapercibidas. Tenemos tan asumida y normalizada la violencia que decir "un día me cargo a x" no es más que una frase hecha de fastidio. Y seamos claros, pocos padres de adolescentes pueden decir tener una comunicación fluida y conocer todo de sus hijos. Porque eso es la adolescencia, señores, rebeldía, silencios hoscos, agresividad, pasividad, encierros en la habitación, mentiras... Sin contar con la saturación de las aulas y la falta de recursos. Con los horarios laborales de los padres de esta nuestra sociedad. Con los adolescentes que crecen solos. En fin... Qué triste todo. Muchas gracias por comentar.

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  3. Totalmente de acuerdo con este post. Sigo sin palabras por lo que ha pasado.
    como sociedad deberíamos reflexionar sobre que podemos hacer para mejorar y dejar de echar las culpas. Y sobretodo dar mi apoyo a todos los afectados.

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    1. Muchas gracias Nuria. Has dado en el clavo... Las culpas... fuera. La responsabilidad... Del otro... Así no vamos a ninguna parte.

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  4. Muy de acuerdo contigo Celia... Es un cúmulo de muchas cosas pero nuestra sociedad no va nada bien.
    Y el valor de los inmigrantes del mediterráneo o de los de kenia ya sabemos cual es, son vidas de segunda, o tercera....:(

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  5. Ay, Yaiza, qué triste que haya escalas de valores para las vidas... Tremendo, espeluznante... Yo soy positiva, me digo que nuestros hijos lo harán mejor, serán mejores, porque han sido deseados y creados con amor y respeto. Pero quizá no, quizá tanta tragedia e información les supere y anule. Ojalá no tengamos que ver crecer a niños convertidos en adultos insensibles.

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  6. Uf Celia yo aún ando que no doy crédito a la tragedia. Llevo semanas tratando en mi blog el tema de cómo elegir el mejor colegio para mi bichilla y entonces me encuentro con actos como este. ¿Quién puede estar preparado para algo así? ¿Cómo iban a saber esos padres que su hijo podría llevar a cabo un acto tan lamentable? Es que nos gusta culpar a los inmigrantes, a los padres ausentes por el trabajo, a los videojuegos y las series de televisión. Pero en el fondo creo que todo es un grito desesperado para tratar de encontrar algo racional en semejante barbaridad.

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    1. No lo hubiese dicho mejor, un grito desesperado para encontrar algo racional... Pero me temo que no sirve, la táctica de "pelotas fuera" no sirve. Gracias pro comentar, Lucía.

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  8. Maravilloso tu post, de verdad. Hace reflexionar porque yo soy de las que intentan entender el por qué, el trasfondo de todo.
    Hace poco hablaba con mi marido sobre el colegio que escogeremos para nuestra hija que tiene 18m. Y el miedo que me da a que los profesores sean unos pasivos ante según qué comportamientos. Porque mi hija no sabe lo que es pegar. Jamás le ha pegado a nadie ni nosotros a ella y me da pavor que la tomen con ella o que consigan que cambie su pacífica actitud.

    ¿En qué mundo estamos criando a nuestros hijos? Pues eso me lo pregunto casi a diario. En un mundo movido por el dinero, por el fanatismo y por la violencia. Donde los padres llaman "HDP" "cabr**" o "maric**" a un jugador de fútbol delante de sus hijos, donde casi nos obligan a creer en Dios pero a la vez se mata en su nombre... En un mundo DE LOCOS.

    Un beso enorme y gracias por haberme hecho reflexionar.

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